sábado, 17 de marzo de 2012

Lady Vaga debe morir

Queridas, queridos, sé que os he dejado más tirados que un par de zapatos de la temporada anterior y que es del todo inadmisible que una diva como yo prive a sus admiradores, fans, acólitos y secuaces de su luminosa presencia y radiante estilazo, pero, qué queréis, a veces la vida real, esa prosaica sucesión de acontecimientos presuntamente encadenados por eso de la causa-efecto, me mantiene alejada de este rinconcito nuestro de relax y expansión.

Lo cierto es que últimamente no tengo ganas de escribir. Para qué negarlo. Me digo a mí misma que voy a hacer tal o cual cosa para el blog, pero el cuerpo no me lo pide; supongo que estoy atravesando otra etapa. No es que no haya noticias que me hagan salir la mala uva a raudales o que no me lleguen casos que merecen ser contados; no es eso.

Estoy dedicándome a disfrutar de mis pequeños, cada día un poco menos pequeños, O.G. y U-6. Como este no es un blog de maternidad al uso, no me entretendré contandoos sus proezas físicas y lingüísticas, las cuales, ya podéis imaginar, me hacen babear hasta el punto de la deshidratación (lo cual es fatal para el cutis y estupendo para las vendedoras de cremitas y potingues con quienes me cruzo al hacer ejercicio de consumismo), pero os diré, en resumen, que el martes me reincorporo a la vida laboral y que, por tanto, estoy apurando cada momento junto a ellos lo mejor que puedo. Sé que lo entendéis y que no me condenáis a mí, sino a la coyuntura económica que obliga a vuestra diva a arrimar el hombro (sin hombreras, pues no las necesito ni me gusta su ochentera estética) para levantar la imagen y el PIB de nuestras Espéins y Olé.

Así que, queridas y queridos, no puedo deciros cuándo volveré (aunque siempre que me planteo dejar de escribir un tiempo, de pronto me vienen a la cabeza todas las ideas y a los dedos las cosquillitas), pero estoy segura de que lo haré. Al fin y al cabo, gracias a todos vosotros, que me habéis apoyado y animado, estoy aquí, con U-6, disfrutando de su presencia, cuando nos lo pintaban negro.

Hace un año, por estas fechas, yo estaba postrada en una cama de hospital, pensando que jamás conocería a mi hijo. Ahora, le tengo junto a mí, luchando por morderme el ordenador. Gracias a todos los que nos habéis acompañado; jamás sabréis cuánto nos ayudásteis.

Besos casi currantes,
Lady Vaga.

P.D.: El título no augura un suicidio-bloguicidio seguro, solo mi temporal retiro total o parcial, según el trabajo y las autoridades (es decir, mis hijos) lo requieran.
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