miércoles, 5 de diciembre de 2012

No más PVDC

Esta entrada es para todas mis compañeras de Apoyo Cesáreas, pero especialmente para Lady Cinnamon, una mujer y madre maravillosa de quien aprendo en silencio cada día, aunque ella no se dé por enterada.

Queridas, queridos, sabido es por todos que el cerebro de una diva funciona a una velocidad peculiar, pues habitamos en una dimensión paralela donde el tiempo y el espacio no coinciden con los parámetros de los mortales comunes, es decir, vosotros (con perdón).

Por tanto, no es de extrañar que la elaboración de reflexiones sesudas, profundas y capaces de dormir a un opositor a notario puesto de Red Bull hasta las pestañas se demore en mi persona hasta hacer olvidar a autora y lectores la idea original de la que surgía el tema.

Pero aquí estoy yo para poner remedio a tanto dislate y divagar bien a gusto. Sacad sin mayor dilación y a la voz de YA vuestros reclinatorios hinchables e hincad las rodillas en ellos para leer a la Vaga como se merece, es decir, genuflexos y receptivos. Pues es palabra de Lady Vaga para el perdón de los ginesaurios.

Hace ya varias semanas que entre las "miembras" (va por ti, Aido, que a saber "andandarás", muchachuela. Me caías simpática por tu irreverencia lingüística...) de El Parto es Nuestro (yo tampoco sé cómo me dejaron entrar ni en qué estaban pensando cuando aceptaron mi participación, pero ahora les toca aguantarme y maravillarse ante mis simpares belleza e ingenio) surgió un interesante intercambio de ideas acerca del PVDC y de cómo se sentía una mujer que, tras un intento de parto vaginal después de cesárea, terminaba con una nueva cirugía en su cuerpo. De todas las ideas allí vertidas bebí y bebí, cual Naty Abascal en una fiesta de la noche madrileña, y pensé, durante los ratitos que los pequeños O.G. y U-6 me dejan entre monería, juego y travesura, hasta llegar a algunas conclusiones que seguramente reflejarán mucho de lo que allí se dijo, pero espero que tal no moleste a ninguna de las participantes en aquella charla, pues en modo alguno pretendo arrogarme autorías que no me corresponden ni reinventar la rueda, invento viejuno donde los haya, sino mover a reflexión a mis ilustres admiradores, que sois vosotros, queridas y queridos.

Afirmo, sin temor a equivocarme, que va siendo hora de dejar de hablar de PVDC ("Parto Vaginal Después de Cesárea") y centrarnos en el PRDC ("Parto Respetado Después de Cesárea"). Y estoy segura de lo que digo porque, a lo largo de este tiempo que llevo absorbida por el monotema, he visto que una aplastante mayoría de las mujeres que han comentado delante de mí sus cesáreas se sintieron maltratadas durante el nacimiento de sus hijos.

¿Os hacéis idea del terrible sufrimiento que supone para una mujer darse cuenta de que en algún momento lo que está viviendo ha dejado de ser el acto íntimo de nacimiento de su hijo para pasar a ser principalmente una operación? Ojalá me equivocase, pero he visto demasiados casos en los que las madres se han sentido como meros trozos de carne, contenedores de bebés que había que vaciar con premura.

Es cierto que cada vez son más los profesionales que hacen del respeto y de la mínima intervención sus insignias en la atención al parto, pero, desgraciadamente, distan mucho aún de ser mayoría. Así que por el camino vamos quedando víctimas, mujeres cortadas y cosidas, separadas durante horas o días de nuestros hijos, con lactancias boicoteadas (quizá inadvertidamente) y con recuperaciones duras que hay que compaginar con el cuidado de ese pequeño ser por el que volveríamos a operarnos mil veces.

Pues bien, cuando nosotras, las "cesareadas", volvemos a quedarnos embarazadas, solemos buscar un PVDC. Necesitamos parir, necesitamos sentir a nuestros hijos abriéndose camino a través de nuestras entrañas, recuperar la confianza en nuestros cuerpos y sus procesos, revivir todo lo que nos fue arrebatado (no entro ya en si la cesárea es necesaria o innecesaria, pues me consta que el duelo se puede vivir con igual intensidad aun sabiendo que la cirugía era imprescindible y salvadora) y tendemos a identificar estos objetivos con el PVDC.

No negaré que un PVDC puede ser una experiencia sanadora y mágica (al menos, lo fue para mí) y no me gustaría que nadie pensase "claro, tú pariste a U-6 por el chichi, para ti es fácil hablar" porque, de verdad, he pasado mucho tiempo intentando poner en orden mis ideas para que ninguna mujer se sienta menospreciada, puesta en duda o tratada con condescendencia, pero tengo que reconocer que lo más importante es el camino que, como tantas luchadoras de AC, emprendemos incluso antes del nuevo embarazo.

No siempre se consigue el parto vaginal, es cierto. Por más que intento imaginarlo, me cuesta mucho ponerme en la piel de una mujer que pasa por una segunda cesárea después de haber puesto todo de su parte para vivir un parto vaginal... Tengo que recurrir a mis propios miedos durante mi segundo embarazo, reiterativos y en ocasiones atenazantes, para vislumbrar una pequeña parte del dolor que amigas como Lady Cinnamon experimentan y, aun así, sé que no alcanzo a cuantificarlo ni de lejos.

Por ello me parece tan importante reivindicar el PRDC. Queremos profesionales que se impliquen, que traten nuestro cuerpo, nuestro embarazo y nuestra mente con el mayor de los cuidados. Que no pierdan de vista que daríamos la vida una y mil veces por nuestros bebés, pero que no lo interpreten como un cheque en blanco para intervenir en nuestros partos.

Queremos partos respetados. Así, bien tratadas y atendidas, la mayor parte de nosotras conseguirá vivir un Parto Vaginal Después de Cesárea. Pero, más importante aún: incluso ese pequeño porcentaje que repita cesárea sabrá que esta vez fue diferente. Y ahí estará el primer paso de la recuperación.

Y, puestas a reivindicar, pidamos también "Embarazos Respetados", para no pasarnos meses acogotadas cada vez que pisamos una consulta, declinamos realizar alguna prueba o presentamos un plan de parto.

Ahora me retiro para ayudar a Ambrosio con la decoración navideña, pero no descarto volver si me da por pensar que no he conseguido explicarme con claridad suficiente.

Se despide, rodeada de "pongos" navideños que irán a parar al camión de reciclaje en 3-2-1,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

20 comentarios:

  1. Una reflexión muy acertada y necesaria, proclamo.

    Saludos sesudos,

    Carmen

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    1. Querida Carmen:

      Me alegra que te haya gustado. Gracias por estar ahí siempre.

      Besos amistosos,
      Lady Vaga.

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  2. Estimada Lady Vaga, te leo desde hace mucho tiempo pero nunca antes había comentado.
    Hoy lo hago porque me ha hecho gracia que te preguntaras "andanda" la Aído, ya que casualmente hace poco leí algo sobre la ex-"miembra" del gobierno :)
    En resumen: se lo está pasando pipa en NY trabajando para la ONU y cobrando un sueldazo a pesar de que su nivel de inglés deja bastante que desear. (Para más detalles: http://www.abc.es/estilo/gente/20121117/abci-bibiana-aido-nuevayork-201211171430.html)
    Besos informativos
    Irene

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    1. Querida Koshka:

      Gracias por tu visita, por tu gentil comentario y por informarme del paradero de Aído (mi principal fuente para saber cómo va la actualidad es Clan TV por motivos evidentes)... Ya veo que la chavala está viviendo a cuerpo de reina, como a una ex miembra del gobierno corresponde, y que dejará el bote reluciente como es costumbre entre los de su calaña, digo, profesión.

      Estoy ahora cotilleando tu blog. Gracias al google translator, puedo hablar catalán en la intimidad ;)

      Besos y petonets,
      Lady Vaga.

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  3. Tras mi primera cesarea(de la cual casi no lo cuento), repetí, ante la estupefacción de propios y ajenos, embarazo.

    Y no solo eso, si no que tras doce horas de parto, aislada en expectantes sin tan siquiera una enfermera o comapñera de cuarto, sin por supuesto visitas o apoyo mas que de la ginecologa/matrona del turno para hacerme x (muchos) dolorosisímos tactos (incluso bajo amenza: "no te quejes y dejate, que si no viene el otro ginecologo y tiene los dedos mas gordos que yo") decidí firmar un papelito para que me dejasen intentar un parto vaginal....la condescendencia con la que fui tratada fue pasmosa, pero nada comparable con la que recibí cuando finalmente y tras casi dos días de parto, me realizaron una cesarea de urgencia, estando ya dilatada de 9 cm y 1/2, de la cual mi hija y yo estamos vivas de milagro y gracias a diferentes transfusiones y muchisímos días de ingreso, aderezados con prohibición expresa de no volver jamás a quedarme embarazada y si ello sucediese sin haberlo planificado, orden (tambio en expresa) de abortar inmediatamente.

    El dolor de esta circustancia aun es muy intenso, creo que no se mitigará del todo nunca.

    He hecho terapía para superarlo y aun así no lo he conseguido.

    Hasta ahora creía que necesitaba un parto vaginal para curar esa herida, pero al leerte y reflexionar sobre tus palabras....me doy cuenta de que llevas razón. Un parto respetado habría sido suficiente para sanar.

    Para mi desgracia tampoco esto es una opción, asi que seguiré dejando pasar el tiempo, haciendo un arduo trabajo introspectivo, leyendote y sacando fuerzas para algún día dar un par de pasos que me faltan por dar y que creo que ayudaran bastante.

    Un abrazo y gracias por hacerme reflexionar.

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    1. Querida Myriam:

      Qué tremenda tu historia, estoy llorando de leerla... Siento muchísimo que pasases por tantísimo maltrato, tanta prepotencia, tal abandono :(((

      Mi reflexión va en el sentido de que, en ocasiones, las mujeres que hemos pasado por una cesárea previa damos mucha importancia al parto vaginal y dejamos en el camino otros factores importantes... No podemos pensar en el parto vaginal a toda costa; el objetivo ha de ser encontrar un equipo que no esté dispuesto a los fórceps a la primera de cambio, que no tenga la tijera preparada para hacernos una episiotomía de caballo, que sepa respetar el proceso de nuestro hijo para nacer...

      Con ello maximizamos las probabilidades de tener un parto vaginal del que salir ilesas físicamente, pero, además, nos aseguramos de que nuestra recuperación psicológica, en caso de necesitar una nueva cesárea o alguna intervención no deseada, sea lo más fácil posible.

      ¿De verdad no puedes volver a quedarte embarazada? ¿Tú lo deseas? ¿Has pedido una segunda opinión?

      Te mando mil besos. Estoy a tu disposición para charlar, por la vía que quieras, siempre que te apetezca.

      Besos compañeros,
      Lady Vaga.

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    2. Hoy estaba buscando esta entrada tuya para apoyar una reflexión que quiero escribir, cuando he caído en la cuenta de que no te había respondido en su momento como tenía pensado hacer.Lo siento.
      Quiero agradecerte doblemente:
      -Por tus palabras y ofrecimiento de ayuda.
      -Y nuevamente por escribir esta entrada, por que leerla, unido a mi proceso personal, me ha servido d emucho mas de lo que puedo espresarte en este simple comentario.

      Gracias Lady, sigue escribiendo por que lo haces bien y haces bien a quien te lee.

      Un abrazo.

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    3. Querida Myriam:

      No necesitaba más respuesta, pero te la agradezco en el alma. Espero de corazón que poco a poco puedas sanar esta tremenda herida y, si en algo te ha ayudado mi entrada, la doy por bien empleada.

      Besos y abrazos "apretaos",
      Lady Vaga.

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  4. Querida Vags, me veo tan identificada con lo que dices... Yo tuve mi deseado PRDC este año y te digo q no fue fácil en muchos sentidos. Tuve miedos , no confiaban en mi, me miraron c caras muy raras cuando me negué a hacerme la prueba del azúcar , mi gine me decía q iba a tener otra cesárea ya q mi cuerpo no sabia dilatar ( el muy capullo). Menos mal q estabais en la lista y ne apoyasteis cuando mi confianza flaqueaba

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  5. Hola,
    yo hubiera firmado que el nacimiento de mi segunda hija hubiera sido una cesárea respetada que tener la mierda de parto que me dieron. De hecho me ha dejado más secuelas el segundo que el primero, sobre todo psicológicas. Y todavía oigo quien me dice que tuve lo que quería: un parto vaginal. No señores, no, no todo vale, no a costa de todo, ni de mi dignidad ni de mi integridad. Que importante es el respeto. Las humillaciones son las heridas que menos se ven pero que más duelen.
    Un abrazo querida.

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    1. Querida Seila:

      Es verdad, menudo parto te dieron... Y encima hay que oír las chorradas que dice la gente, los hay con poco relleno en el cráneo...

      Has expresado en pocas palabras lo que yo he necesitado varios párrafos para explicar: que no queremos parir vaginalmente a toda costa, que lo que queremos es respeto, cero humillaciones y que se haga solo lo necesario.

      Sé que poco a poco te recuperarás; eres una mujer maravillosa y una madre increíble y saldrás adelante. Pero qué pena que haya que pasar por estas situaciones. Te abrazo.

      Besos sanadores,
      Lady Vaga.

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  6. Con la admiración que sabes te profeso, me embebo de todas y cada una de tus palabras.
    Amen Lady V.

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  7. Mi primer embarazo acabó en cesárea y sí, yo lo decidí porque venía en podálica. Pero eso no significa que no me haya quedado algo más que una cicatriz. De hecho, acongojada me encuentro de tener una segunda cesárea. Ni pensarlo quiero. Sobre todo porque se cargaron mi lactancia e hicieron que hasta los 6 meses no conectara del todo con mi hija.

    En fin, totalmente de acuerdo Lady. Con respeto, cambiarían mucho las cosas.

    Pd: Te leo a menudo gracias a Drew. ;)

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    1. Querida Cristina:

      Las amigas de Drew son mis amigas. Bienvenida y gracias por comentar :) Siento mucho que se cargasen vuestra lactancia; pero me alegro de que consiguieses conectar con tu nenita.

      Respecto a una segunda cesárea, no cortes la tarta antes de hornearla ;) Pásate, si te apetece, por Apoyo Cesáreas y allí te acogeremos como a una hermana más. No pedimos documentación para entrar ni que nos enseñes la cicatriz ni nada, jejeje...

      Besos empáticos,
      Lady Vaga.

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  8. Hola Lady, no puedo estar más de acuerdo, te lo dice una cesareada obligatoria, tenga los embarazos que tenga (hasta el momento 2), por un problema de salud.

    El primero, me sentí un trozo de carne, nadie se identificó, nadie habló conmigo, de echo me realizaron un Kristeller, y me enteré porque no podía respirar, me enseñaron a mi bebe 2 min, el tiempo de darle un beso y lo llevaron a un nido. Mi niña estuvo 7 h separada de mi, en las que le dieron un suero glucosado, que se tomó como una campeona, para orgullo de las abuelas y frustacción mía. Médicamente, no tuve queja, no se ve ni la cicatriz, y tuve una buena recuperación, sólo la sensación de que en ese momento tan especial para mi, me hicieron sentir insignificante.
    En el segundo embarazo, seguí con mi ginecólogo, le pregunté si se atrevía a tener el parto (cesárea) con él, pese a mi problema de salud, me entendió y me apoyó, y aceptó mi caso, así que puedo decir que pese a ser cesárea, me sentí acompañada, todos me saludaron, me fueron diciendo lo que pasaba, me tomaron de la mano (una anestesista muy maja), a mi niña, la pesaron y le hicieron todo en mi presencia, salvo 10 min que la llevaron al pediatra y subimos juntas a la habitación, no le dieron suero glucosado, porque ahí estaba su mamá para darle lo que necesitaba, y aunque la recuperación fué pero, por un hematoma por debajo de la cicatriz, me sentí bien, acompañada y comprendida, y si, fué cesárea.
    Bicos Lady

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    1. Querida Laurana:

      Sé que en tu caso la cesárea es imprescindible y me alegro de que en tu segundo parto te sintieses acompañada y respetada. Como madres, aspiramos a dar a nuestros hijos el mejor comienzo posible y eso pasa por granjearnos buenos cuidados por parte de los profesionales.

      Te mando un beso enorme,
      Lady Vaga.

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  9. Lady, me quito el sombrero.
    Yo tengo 2 cesáreas en mi historial, pero puedo decir que la segunda me curó la primera. Tuve respeto, fue necesaria y la recuerdo como preciosa.
    Gracias a apoyocesareas entendí que el objetivo no era que saliera por la vagina a toda costa. Y conseguí mi PRDC!!!!!
    Eres increible!
    Besos con reverencia,
    Itziar.

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  10. Has expuesto muy bien el razonamiento, lo hago extensivo a aquellas que hayan tenido un parto vaginal pero no respetado, a todas las que en general se han (nos hemos) sentido maltratadas en el embarazo o parto. Que triste leer a personas como Myriam o Seila, y que horroroso es que jueguen la carta del niño muerto con personas con experiencias previas traumáticas, incluso abortos... Sí, queda mucho por hacer, tanto por lo que luchar

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  11. Me gusta mucho tu reflexión, porque al fin y al cabo de eso se trata, de que sea como sea al final el alumbramiento, te sientas respetada y en sintonía con los que te atienden en un momento tan importante.
    Un besote.

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    1. Querida Mo:

      Creo que todas estamos de acuerdo en lo básico. A ver si poco a poco conseguimos que los profesionales que aún siguen anclados en el pasado cambien su actitud.

      Besos esperanzados,
      Lady Vaga.

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