martes, 26 de junio de 2012

A ti no te manipula tu hijo, te manipula Estivill

Queridas, queridos, María Berrozpe (Reeducando a Mamá), cuya inteligencia afilada y estiloso verbo son una inspiración para mí, humilde mortal protodiva, ha puesto en imágenes una idea cristalizada en mi divinamente bien peinada cabeza, aunque el germen fue, una vez más, una propuesta de la genial María (historia circular, ¿eh?, pero no os distraigáis de lo principal). Gracias, María, por hacer surgir la chispa de la idea y por plasmarla. Vamos, por hacer todo, en resumen.

Aquí tenéis, por tanto, de su puño y tecla, esta gran obra gráfica, que Warhol reclamaría para sí si no estuviese criando malvas de colores:

El de la izquierda da grimica, ¿eh?
La respuesta a la pregunta es evidente para nosotras, madres que somos conscientes de que nuestros hijos no lloran por gusto ni para limpiarse las córneas, pero creedme si os digo que charlatanes como el del cartel consiguen convencer a muchas de que sus hijos son poco menos que monstruos del espacio exterior llegados a sus úteros con el único objetivo de adueñarse de sus conciencias y dirigir su conducta como si ellos fuesen babosas cerebrales y ellas meros portadores de un parásito.

Y os dejo durante unos días, queridos míos, pues estoy oficialmente de vacaciones y voy a aprovechar el merecidísimo asueto para huir del ruido mundanal.

Edito, queridas y queridos, pues, llevada por la emoción del momento, olvidé mencionar un par de detalles: el viernes 29 de junio yo estaré contrayendo matrimonio, pero los que no estáis invitados al intimísimo enlace tenéis la obligación y el derecho de conmemorar el Día Mundial del Sueño Feliz, en el cual podéis colaborar bien participando en el grupo de Facebook o bien imprimiendo esta simpática postal e insertándola en cuantos ejemplares de la bazofia que publica este señor podáis encontrar. También podéis añadirle una copia de este maravilloso texto: El método Maridill (no, no soy yo la autora, que ya me lo habéis preguntado varios, pero la admiro rendidamente).


Me despido hasta el mes que viene,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 5 de junio de 2012

COPS: Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios

Tengo una especie de alma gemela, queridas y queridos, que periódicamente me saca a rastras de los pelos del mundo real para volver a sumergirme en el mar del monotema obstétrico, proponiéndome temas y entradas con mucho acierto y más gracejo.

Debéisle, por tanto, a ella, más conocida en mi casa como Lady Cheerful, el que vuestra Diva adorada esté escribiendo solo para vuestros ojos mientras le hacen la pedicura a domicilio (cuando toque manicura, tendré que dejaros un ratito por motivos obvios) y, lógicamente, es a ella a quien debéis mandar un jamón por incitarme a teclear con mi habitual buen humor e ingenuidad.

Me cuenta, pues, esta amiga, que en Ceuta tuvo lugar el mes pasado un curso para capacitar a los policías en la atención al parto (¿os acordáis de que hace unos días hablábamos de que los TEDAX serían los más adecuados para atender la llegada de nuestros hijos al mundo? Pues para que veáis que aquí no inventamos nada). La información me hizo abrir los ojos hasta tal punto que cualquier pata de gallo incipiente que osase intentar hacer mella en mi marmóreo cutis resultó inmediatamente neutralizada. Por este lado, al menos, la lectura tuvo un saldo positivo.

Esto es un parto inesperado en plena calle y es peligrosísimo.
Si debéis atender uno, hacedlo con casco y escudo, como poco.
Quede claro, queridas y queridos, que, como ciudadana que paga sus impuestos y honrada cumplidora de la ley, soy muy fan de las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado, pero, por favor, permitidme que insista en que, en los tiempos que corren, que vivimos a golpe de tijeretazo por doquier, yo encuentro más útil formar a nuestros policías en disciplinas olímpicas como "Agarre de político chorizo por la solapa" y "Lanzamiento de mangante de guante blanco al calabozo" que en la atención de partos. Llamadme rarita si afirmo tajantemente que ahora mismo no es el momento de crear el COPS (Cuerpo de Obstetricia, Partos y Saurios).

Y ahora, sin más, pasemos a rosachiclear a discreción. Notaréis, al leer el texto, que la redactora no es muy ducha en su profesión y tiende a la repetición machacona de lo mismo una y otra vez. Tampoco sabe introducir una cita textual ni cuándo abrir y cerrar unas comillas, pero se lo perdonamos porque el contenido merece la pena.

La UFP organiza un curso para policías de atención a mujeres gestantes
El taller, que se celebra mañana en el Hospital Universitario, se impartirá por dos matronas a una treintena de agentes del CNP, Policía Local y Guardia Civil
Domingo, 20 de mayo de 2012
Ceuta, Tamara Crespo
La Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un nuevo curso de formación para agentes, bajo el título de ‘I taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’. La actividad, que se desarrolla mañana en el Hospital Universitario, cuenta como profesores con dos matronas y tendrá una duración de 5 horas. Los alumnos son 30 miembros del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), Policía Local y Guardia Civil. El delegado del Gobierno acudirá a la clausura.

El sindicato Unión Federal de Policía (UFP) ha organizado un segundo curso destinado a la formación de agentes tras el de guías caninos que ofreció en abril. En esta ocasión, se trata del ‘I Taller práctico de actuaciones policiales ante mujeres gestantes en situación de riesgo’, para el que, según explica el secretario general de UFP Ceuta, Fernando Guerrero, se han agotado las 30 plazas disponibles. Entre los alumnos de este curso hay, además de agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), miembros de la Policía Local y de la Guardia Civil. (¿No os parece estar en el "Día de la Marmota?")

La actividad, que se lleva a cabo con la colaboración del Ingesa, tiene como profesores a Luciano Rodríguez y Juana María Vázquez, matronas del Hospital Universitario, donde se impartirá con una duración de 5 horas lectivas. (¡Cinco horas! ¡Nada más y nada menos! Vamos, salen de allí sabiendo mucho más que muchas matrosaurias de las que pululan por estos hospitales de Dior... En cinco horazas te da tiempo a explicar cómo hacer una Kristeller, un chocolateo a ritmo de bachata y el protocolo de "azote a culo de niño recién nacido, estilo decimonónico")



Una formación “esencial”
Guerrero considera “esencial” la formación de policías en la rama sanitaria de auxilio a las víctimas para que estos puedan aplicarla en caso necesario”. La atención a mujeres gestantes en situación de riesgo y de niños recién nacidos estaría incluida en estos “parámetros”, tal como destaca el responsable de UFP. (Hombre, lo suyo es aplicarla en caso necesario; en caso no necesario, como por ejemplo que el que está en peligro sea un hombre, pues no hace falta ponerle de parto por todos los medios, pero me imagino que esas distinciones se enseñan en el completísimo curso de ¡cinco horazas!)

De ahí que en este caso se hayan decidido por un curso de esta naturaleza, que dado el éxito de convocatoria, podría convertirse en “precursor”, indica Guerrero, de otros relacionados con la asistencia sanitaria de urgencia fuera de los hospitales. (Pues a mí, tanto éxito me mosquearía: ¿no será que, con esto de la crisis, los policías, hartos de que se les multiplique el trabajo, han preferido reciclarse y meterse a médicos cursito a cursito?)

- Cariño, no se te ocurra llevarme al hospital;
prefiero ir a la comisaría, que me fío más de
la policía que de ciertos ginesaurios...
- Di que sí, nena, yo te llevo donde quieras.


.
En la memoria de este curso de UFP se explica que cuando se presenta un parto de forma inesperada fuera del hospital, “ya sea en un domicilio, en la calle o en cualquier otro entorno”, se carece del “respaldo y la garantía que ofrecen la tecnología y los medios de un paritorio”. (Bueno; por partes: en principio, cualquier parto se presenta de forma relativamente "inesperada", salvo que te den fecha y hora para la inducción. Quiero decir con esto que el 98,7% de las mujeres no somos portadoras de la mutación genética que hace que nos crezca un reloj de cocina en el ombligo que indica con un simpático "¡cling!" cuándo está listo nuestro bebé para nacer... Sigo: parir sin "respaldo" es incómodo, pero puedes apoyarte en tu marido, en una señora que pasaba por allí o incluso en una pared. Respecto a la "garantía", pues claro, es indispensable, ya sabemos todas que en un hospital no se muere nadie, nunca pasa nada malo, la oxitocina sintética sabe a fresa y el agua sale de los grifos dibujando un arcoíris...)


Cualquier persona puede estar involucrada en la atención a un parto de manera inminente”, continúa (pues dad el curso también al charcutero, al barrendero, al cartero y a los jubilados que miran las obras y zanjas del barrio), para agregar que se ven ejemplos de ello “a diario en los medios de comunicación” (a diario, a diario lo vemos. De hecho, en el informativo de Piqueras hay una sección llamada "Partos a fondo" y cada día sacan los mejores... Es más, creo que con lo del céntimo sanitario, en algunas comunidades, las embarazadas, taimadas y roñosas ellas, están llegando a extremos tan imaginativos como pedir a su médico que se asome "un momentito" para asaltarle en grupos de cinco en la calle pidiéndole la receta del ácido fólico, los resultados de las analíticas y que les atienda el parto ahí en medio, todo con tal de no pagar... Un sindiós, vaya). “En cualquier circunstancia podemos presenciar una situación obstétrica de menor o mayor urgencia, pero nuestro adiestramiento y los pocos medios que tengamos en un momento determinado pueden salvar la situación”, señala (Que síiiiiií, que en cualquier circunstancia, que lo vemos "a diario": en la cola del supermercado, en el cine, montando a caballo, en la piscina... Ah, no, espera, esto era de un anuncio de tampones. Bueno, el caso es que las embarazadas son una raza peligrosísima que se caracteriza por su tendencia a expulsar niños por la vagina sin previo aviso y a velocidades que ríete tú del hombre-bala y, claro, hay que estar preparado para atar el cordón umbilical con el de nuestra bota y decirle a la madre cuándo empujar o se nos descontrolan).

Por ello, el objetivo general del curso es que los cuerpos de seguridad del estado, autonómicos y locales “sean capaces de garantizar la salud de la mujer y del recién nacido en la atención a un parto inminente fuera del hospital o del paritorio, así como identificar y tratar las complicaciones obstétricas que puedan aparecer” (creo que te dan fe de la "garantía" pegándote una etiqueta en el chichi que dice "Revisado y conforme" y en el bebé otra que dice "Entregado el día x a las x:xx)
Los objetivos específicos se centran en “identificar el material necesario y conocer la actuación para asistir al parto en cualquier entorno (casa, ciudad, club de  campo, avión, piscina...), prestar apoyo psicológico, aplicar los cuidados iniciales al neonato y actuar ante diferentes complicaciones”.

Teoría y práctica
En la parte teórica se ofrecerá a los alumnos nociones sobre el material mínimo necesario en un parto (eso os lo digo yo: se necesita una mujer de parto. El resto, sobra); los cuidados iniciales del bebé sin material médico (también os lo digo yo: piel con piel con su mamá y una mantita por encima); las urgencias, como hemorragia o parto de nalgas, y situaciones “especiales”, un apuñalamiento o el caso de una gestante politraumatizada por accidente o agresión. La práctica, de tres horas, consistirá en simulaciones de parto en diferentes escenarios, “ambulancia, vía pública, casa...” (y digo yo: en la ambulancia, ¿no hay sanitarios que atiendan a la mujer?)
El delegado del Gobierno, Francisco Antonio González Pérez, ha aceptado la invitación de UFP para asistir a la clausura del curso y entrega de diplomas, que tendrá lugar a las 20.15 horas en la sala de lectura del Hospital Universitario (los diplomas serán insertados en el backdoor de cada alumno y expelidos por el mismo lugar como parte de las prácticas de "parto de nalgas").

En fin, queridas y queridos. Ahora en serio: ¿no sería más fácil preparar a las mujeres y a sus acompañantes para reconocer una emergencia en el momento de parir? Quizá yo sea una ilusa, pero ¿no es ese uno de los objetivos de la llamada "preparación al parto"? Ah, no, que el objetivo es aprender que la epidural es chupi-guay y que la episiotomía se cura con rosa mosqueta...

Al fin y al cabo, quienes parimos somos nosotras y no creo que por dar un curso de cinco horas a un policía (sin desmerecer su labor, ojo, que no vamos por ahí), este vaya a estar especialmente capacitado para atender un parto de nalgas... Es más, si en un curso de cinco horas queda formado para ello alguien que no tiene experiencia en estas lides obstétricas, ¿por qué narices se programan todavía cesáreas por nalgas en tantos hospitales? ¿Será que se están cachondeando de nosotras y que, oh osadas, podríamos parir por vía vaginal a nuestros cachorros aunque no vengan con el cráneo por delante?

Empiezo a sentirme un poco cansada de que, cuando te quedas embarazada, todo el mundo se sienta con el derecho de meterte miedo, controlarte y manipularte. Todo el mundo está más preparado que la mujer para ayudarla en su parto, ella es la última mona de la fila y la que menos sabe del asunto. Resulta que cualquiera con una caca de cursillo de cinco horas (de aquí descontad el ratito del coffee break y a ver qué queda) tiene más conocimientos que ella y, claro, estará en su derecho de decirle "señora, déjeme hacer, que yo soy el que sabe y si no, la anestesio de un porrazo en la cocorota". Cualquier cosa menos dotar de conocimientos a la embarazada...

Dejo aquí la reflexión y procedo a poner mis manos al servicio de la belleza.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

lunes, 4 de junio de 2012

El Pino Puente sobre Cama de Pinchos

Queridas, queridos, Google es un poco como salir una noche de marcha y hablar con un chico: tú le dices una frase cualquiera, así al azar, para echarte unas risas, y él te devuelve un montón de imágenes memorables, cuyo parecido con la realidad puede ir desde la mera coincidencia hasta el cuadro impresionista (que te tira p'atrás de la impresión) pasando por un Horror Show.

Esto es lo que me sucedió cuando, preparando la entrada anterior, pregunté a nuestro inquieto amigo si podía facilitarme algunas imágenes relacionadas con la litotomía. Amablemente, me mostró chorrocientos resultados, uno de los cuales llamó especialmente mi atención, razón por la que lo reproduzco a continuación.

Vaya por delante que en ningún momento pretendo criticar el contenido del blog en sí (me faltan conocimientos y ganas), sino simplemente la imagen que podéis ver aquí y en su ubicación original; que nadie se dé por aludido ni saque los pies del tiesto, que tengo muy a mano la fusta de los domingos y podéis salir escaldados (cómo hay que andar, por Nuestra Señora del Botón Charro os lo digo).

Y ahora, gozad más que Berlusconi en el Mardi Gras viendo esta gloriosa imagen que quedará para los anales de la historia (y digo bien, anales):

Juro que los comentarios venían tal cual, yo me he limitado a flipar al verlo
¿Tengo o no tengo motivos para el estupor? Dejando de lado que el simpático dibujante, que debe de ser primo de aquel que dibujaba para la SEGO, se ha molestado en dibujar al paciente con un alegre gorrito, pero sin tetas (y no me digáis "será que ha dibujado a un hombre", porque no le ha puesto ni pezones); esto, que se lo mire su psicoanalista, a mí me huele a trauma...

Este dibujo, en primer lugar, lo ha comentado alguien que en su puta vida jamás de los jamases se ha visto en esta posición. Para empezar, lo de las "rodillas flexionadas cómodamente", es tan falso como el pelo nuevo de Hilario Pino, queridas y queridos. Nadie que haya sido colocado en litotomía puede decir que le dejaron las rodillas cómodamente flexionadas, y si lo dice, os está colando una trola tan gorda que necesitaréis vaselina y mucha paciencia para entochárosla. Esta postura está muy arriba en el "top ten" de despropósitos posturales, solo por detrás del "Pino puente sobre cama de pinchos" y la "Grulla panza arriba al sol del atardecer".

Otra: el "acolchado alrededor del pie"; esto es muy discutible, porque dependiendo de la mala hostia del ingenio del diseñador del aparato de tortura en cuestión, os encontraréis diferentes modelos que no hace falta que os describa porque, quien más, quien menos, o habéis ido a una revisión ginecológica u os habéis visto en mitad de un paritorio repleto de gente que admiraba vuestros sagrados bajos como si fuesen un cuadro de Sorolla. Pero, aun aceptando que realmente exista tal acolchado, permitidme que siga defendiendo que esta postura es tan incómoda y antinatural como como un tampón de esparto.

Y el remate con dos vainicas (por no decir "pelotas") del asunto es lo de las "nalgas en borde de mesa". Es my importante que los estudiantes memoricen e interioricen bien este punto para ponerlo en práctica en su vida profesional con eficiencia y buen tino, porque (ignoro cuál será el motivo, aunque dudo entre "estulticia pura y dura" y "sadismo extremo") entre las mujeres que nos relatamos nuestros partos como si fuesen aventuras épicas dignas de Tolkien, se repite sospechosamente un comentario que, a fuerza de oído, adquiere tintes de leyenda urbana:

- Y entonces, me subieron al potro y me dejaron medio culo fuera, sí, sí, como lo oyes.

¡Pasmo, horror y pavor! ¿Por qué esa crueldad? ¿Entendéis, oh profesionales de la salud, lo tremendamente incómodo que es intentar empujar en una postura que de por sí no ayuda y encima hacerlo pensando que vas a dar con tus turgentes nalgas en el duro suelo? ¿Comprendéis ahora por qué nos sienta tan mal que digáis que esta postura es "cómoda" o "buena para parir"? ¿Veis lo profundamente desagradable que es que te digan "hala, mami, echa el culete para abajo" como si tuvieses tres años?

No, bonitos míos, no intentéis colárnosla: esta postura solo es buena para vuestras rodillas porque os evita el agacharos para ver el nacimiento de nuestros hijos, así que desde aquí os mando un mensaje claro, contundente y en negrita por si no veis bien...

Probad la litotomía la próxima vez que vayáis a hacer de vientre* y luego ya, si eso, me contáis.

Y si decidís que es cómoda y os gusta, tenéis mi pleno permiso para poneros así durante mi parto, desde la comadrona hasta el celador e incluyendo, claro está, al gine de guardia, mientras yo me coloco como me salga de la mismísima entrepierna.

Y ahora, os dejo, que espero visita.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

*No, no comparo un parto con la sagrada función de evacuación de residuos sólidos, pero salvando las distancias, como ejemplo nos sirve. No os pongáis puristas, que os recuerdo que aquí tengo la fusta.

domingo, 3 de junio de 2012

¡Piernas arriba; esto es un parto!

Queridas, queridos, inmersa como estoy en la creación de un nuevo proyecto que, sospecho, os va a encantar, chiflar y hacer reír a partes iguales (y si no es así, que os vayan dando, bonitos), debo, no obstante, emergir momentáneamente de las procelosas aguas del mundo artístico para poner de relieve un detalle que últimamente vengo observando más veces de las debidas: ¿por qué continúan presentándonos los partos en litotomía como lo normal y esperable?

A ver, señoras, señores y opinólogos varios: parir tumbada no es lo mejor. No nos engañemos. Puede haber mujeres a quienes les apetezca tumbarse en un momento dado del parto, de acuerdo (yo misma parí tumbada de lado al precioso U-6), pero ¿a qué viene eso de sacar por televisión a TODAS las mujeres tumbadas patas arriba como gallinas? Me parece absolutamente humillante y degradante forzar a una mujer a tomar una posición determinada (no solo durante el parto, sino en cualquier circunstancia de su vida, pero por favor, entended que me ciña al monotema) en aras de su supuesta seguridad cuando es, sencillamente, mentira. Pero mentira y más gorda que las viruelas de Jordi González.

 Vengo viendo en televisión cierto programita con pretensiones de tocar la fibra sentimental (a mí en particular no me toca
Fuente: Movimiento Oxitocina.
más que la moral, pero quizá es que yo tengo la cabeza demasiado alta y de corazón ando justita) en el que, sistemáticamente, las mujeres paren tumbadas. Como en cualquier película americana de esas en las que los niños se hacen besándose antes de un fundido en negro, las mujeres españolas se tumban y esperan, pacientes y silenciosas, que eso es ser una valiente, a que sus niños efectúen por su cuenta el giro pertinente y desciendan (¿a dónde coño, y nunca mejor dicho, va a descender un niño si su madre está horizontal? ¡Usemos la lógica! Que lo de la fuerza de la gravedad es más antiguo que el papiro, por favor) por sus propios medios o por los que ponga a su alcance la técnica, que para eso estamos en el hospital, ellos son los que saben y como pago impuestos mejor que me pongan un chute de cada, no sea que me quede yo sin probar eso tan guay del "suerito".

No puedo dejar de recordaros, queridas, que las que parís sois vosotras. Si vais al hospital con la actitud (respetable, por otra parte) de "a mí que me lo saquen pronto, que yo no quiero sufrir y la epidural es como un caramelito de menta", descubriréis que, en efecto, los médicos pueden sacaros a vuestro bebé, ¡faltaría más!, pero a costa de administraros medicamentos que no son en absoluto inocuos, cortar y coser vuestros genitales y, muchas veces, hacer (involuntariamente, of course) la cusqui a vuestros retoños. Por contra, vuestro cuerpo sabe parir, si le dejáis y os dejan, y el mejor cuidado que os puede dispensar una comadrona experta y amorosa es prestar atención, silenciosa y discreta, a las señales de vuestro cuerpo y del bebé para saber si su intervención es necesaria en algún momento.

Si los partos fuesen la película de terror que nos intentan hacer creer que son, los atenderían los TEDAX (y si tuviéseis la osadía de poneros de parto en una gasolinera, vendría McGiver de urgencia a cortaros el cordón con un clip oxidado y dos chinchetas).

Así pues, os urjo a que no hagáis caso de quienes, pretendiendo someteros y adueñarse de vuestros partos y del nacimiento de vuestros hijos, os diga, con estas u otras palabras, eso tan bonito de "¡Piernas arriba; esto es un parto!"

Y ahora, me marcho a cenar.
Lady Vaga,
la diva que divaga.
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