martes, 11 de diciembre de 2012

Estivill, en cash

Este tío es feo de dar pesadillas; no sé cómo algún lerdo puede relacionarle con
el sueño relajado, feliz y reparador... A mí me hace más bien un efecto laxante.
Queridas, queridos, aquí tenéis la definición gráfica de lo que es ser un vendido al Esti-vil metal. Y a buen entendedor, pocas palabras bastan (eso dice mi madre, que es muy del refranero español).

Me despido y me marcho a cenar, que esos langostinos no se van a morder solos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

sábado, 8 de diciembre de 2012

La bella y el bestia

Queridas, queridos, entre el famoseo, tanto el patrio como el de allende los mares, abundan la estulticia, la estupidez y la poca cosa neuronal. No sé si más que en otros gremios (imagino que la inteligencia en el famoseo seguirá una distribución normal, como las que estudiábamos en estadística en nuestros años mozos), pero desde luego, al ser archiconocidos, se aseguran de que todo el planeta se entere de que son, con todas las letras, imbéciles.

- No me guhta que a loh toroh te pongah la minifaldaaaaaa...
Ej que no pienso compartir tus mamellas ni con nuestros
churumbeles, corderita mía...
- Jo, Brayan, eres más paleto...
Estaba yo esta mañana navegando perezosamente entre diarios, panfletos, libelos y demás medios de comunicación online cuando mis hermosos ojos perfectamente delineados con khol se han encontrado con unas declaraciones de la voluptuosa -a la par que recosida- Megan Fox. Tras su maternidad, explica muy tiernamente que le apetece sobre todas las cosas estar con su bebé, lo cual para mí dice mucho de ella, como podéis leer aquí (intentad ignorar la terrible sintaxis del redactor, que es mortal de necesidad):

Desde que tiene a su hijo, Megan ha reconocido que es una mujer nueva. "Estoy enamorada de mi hijo y solo quiero estar en casa con él. Sin embargo, admite que ha sido difícil cuidar al recién nacido sin ningún tipo de ayuda le trajo algún que otro problema con su marido. "Hemos contratado una enfermera dos noches por semana porque si no íbamos a terminar divorciándonos", explicaba.

Y oigan, yo la entiendo. Si mi marido fuese tan gilipollas como Brian Austin Green, yo también contrataría una enfermera para que le diese su medicación y le atendiese dos noches por semana mientras me dedico a estar con mi bebé.

Las famosas también tienen su corazoncito... Y a mí la Fox me ha sorprendido agradablemente.

Y ahora, me marcho a supervisar la cena que está preparando Ambrosio, que al servicio no se le puede dejar solo en la cocina.

Se despide y se pone el delantal,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

No más PVDC

Esta entrada es para todas mis compañeras de Apoyo Cesáreas, pero especialmente para Lady Cinnamon, una mujer y madre maravillosa de quien aprendo en silencio cada día, aunque ella no se dé por enterada.

Queridas, queridos, sabido es por todos que el cerebro de una diva funciona a una velocidad peculiar, pues habitamos en una dimensión paralela donde el tiempo y el espacio no coinciden con los parámetros de los mortales comunes, es decir, vosotros (con perdón).

Por tanto, no es de extrañar que la elaboración de reflexiones sesudas, profundas y capaces de dormir a un opositor a notario puesto de Red Bull hasta las pestañas se demore en mi persona hasta hacer olvidar a autora y lectores la idea original de la que surgía el tema.

Pero aquí estoy yo para poner remedio a tanto dislate y divagar bien a gusto. Sacad sin mayor dilación y a la voz de YA vuestros reclinatorios hinchables e hincad las rodillas en ellos para leer a la Vaga como se merece, es decir, genuflexos y receptivos. Pues es palabra de Lady Vaga para el perdón de los ginesaurios.

Hace ya varias semanas que entre las "miembras" (va por ti, Aido, que a saber "andandarás", muchachuela. Me caías simpática por tu irreverencia lingüística...) de El Parto es Nuestro (yo tampoco sé cómo me dejaron entrar ni en qué estaban pensando cuando aceptaron mi participación, pero ahora les toca aguantarme y maravillarse ante mis simpares belleza e ingenio) surgió un interesante intercambio de ideas acerca del PVDC y de cómo se sentía una mujer que, tras un intento de parto vaginal después de cesárea, terminaba con una nueva cirugía en su cuerpo. De todas las ideas allí vertidas bebí y bebí, cual Naty Abascal en una fiesta de la noche madrileña, y pensé, durante los ratitos que los pequeños O.G. y U-6 me dejan entre monería, juego y travesura, hasta llegar a algunas conclusiones que seguramente reflejarán mucho de lo que allí se dijo, pero espero que tal no moleste a ninguna de las participantes en aquella charla, pues en modo alguno pretendo arrogarme autorías que no me corresponden ni reinventar la rueda, invento viejuno donde los haya, sino mover a reflexión a mis ilustres admiradores, que sois vosotros, queridas y queridos.

Afirmo, sin temor a equivocarme, que va siendo hora de dejar de hablar de PVDC ("Parto Vaginal Después de Cesárea") y centrarnos en el PRDC ("Parto Respetado Después de Cesárea"). Y estoy segura de lo que digo porque, a lo largo de este tiempo que llevo absorbida por el monotema, he visto que una aplastante mayoría de las mujeres que han comentado delante de mí sus cesáreas se sintieron maltratadas durante el nacimiento de sus hijos.

¿Os hacéis idea del terrible sufrimiento que supone para una mujer darse cuenta de que en algún momento lo que está viviendo ha dejado de ser el acto íntimo de nacimiento de su hijo para pasar a ser principalmente una operación? Ojalá me equivocase, pero he visto demasiados casos en los que las madres se han sentido como meros trozos de carne, contenedores de bebés que había que vaciar con premura.

Es cierto que cada vez son más los profesionales que hacen del respeto y de la mínima intervención sus insignias en la atención al parto, pero, desgraciadamente, distan mucho aún de ser mayoría. Así que por el camino vamos quedando víctimas, mujeres cortadas y cosidas, separadas durante horas o días de nuestros hijos, con lactancias boicoteadas (quizá inadvertidamente) y con recuperaciones duras que hay que compaginar con el cuidado de ese pequeño ser por el que volveríamos a operarnos mil veces.

Pues bien, cuando nosotras, las "cesareadas", volvemos a quedarnos embarazadas, solemos buscar un PVDC. Necesitamos parir, necesitamos sentir a nuestros hijos abriéndose camino a través de nuestras entrañas, recuperar la confianza en nuestros cuerpos y sus procesos, revivir todo lo que nos fue arrebatado (no entro ya en si la cesárea es necesaria o innecesaria, pues me consta que el duelo se puede vivir con igual intensidad aun sabiendo que la cirugía era imprescindible y salvadora) y tendemos a identificar estos objetivos con el PVDC.

No negaré que un PVDC puede ser una experiencia sanadora y mágica (al menos, lo fue para mí) y no me gustaría que nadie pensase "claro, tú pariste a U-6 por el chichi, para ti es fácil hablar" porque, de verdad, he pasado mucho tiempo intentando poner en orden mis ideas para que ninguna mujer se sienta menospreciada, puesta en duda o tratada con condescendencia, pero tengo que reconocer que lo más importante es el camino que, como tantas luchadoras de AC, emprendemos incluso antes del nuevo embarazo.

No siempre se consigue el parto vaginal, es cierto. Por más que intento imaginarlo, me cuesta mucho ponerme en la piel de una mujer que pasa por una segunda cesárea después de haber puesto todo de su parte para vivir un parto vaginal... Tengo que recurrir a mis propios miedos durante mi segundo embarazo, reiterativos y en ocasiones atenazantes, para vislumbrar una pequeña parte del dolor que amigas como Lady Cinnamon experimentan y, aun así, sé que no alcanzo a cuantificarlo ni de lejos.

Por ello me parece tan importante reivindicar el PRDC. Queremos profesionales que se impliquen, que traten nuestro cuerpo, nuestro embarazo y nuestra mente con el mayor de los cuidados. Que no pierdan de vista que daríamos la vida una y mil veces por nuestros bebés, pero que no lo interpreten como un cheque en blanco para intervenir en nuestros partos.

Queremos partos respetados. Así, bien tratadas y atendidas, la mayor parte de nosotras conseguirá vivir un Parto Vaginal Después de Cesárea. Pero, más importante aún: incluso ese pequeño porcentaje que repita cesárea sabrá que esta vez fue diferente. Y ahí estará el primer paso de la recuperación.

Y, puestas a reivindicar, pidamos también "Embarazos Respetados", para no pasarnos meses acogotadas cada vez que pisamos una consulta, declinamos realizar alguna prueba o presentamos un plan de parto.

Ahora me retiro para ayudar a Ambrosio con la decoración navideña, pero no descarto volver si me da por pensar que no he conseguido explicarme con claridad suficiente.

Se despide, rodeada de "pongos" navideños que irán a parar al camión de reciclaje en 3-2-1,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

lunes, 3 de diciembre de 2012

¿Ginecólogo? Él iba para veterinario...

Definitivamente, algunos confunden la vocación con la convención...


Gracias, misterioso ayudante, sin ti esta serie de carteles motivacionales sería una flunfa.

viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Te hicieron la Kristeller? ¡Cuéntalo!

Lo sé, queridas y queridos. Las consultas por depresión se han multiplicado en los consultorios médicos de nuestras Espéins y Olé desde que no actualizo el blog con chicha fresca y jugosa con puntualidad rigurosa. El Prozac se vende como churros y proliferan, asimismo, los sustitutos caseros entre mis fans más partidarios de lo natural, con remedios como el lingotazo antes de dormir y la anestesia instantánea a base de impactos de sartén bien calculados.

No tengo perdón de Dior, cierto es, pero ¿qué se puede esperar de una diva como la que escribe y suscribe? El tiempo es limitado y en mi interior vive, atrapada en el inmenso vestidor de mi alma, una persona seria que contribuye cuando nadie la ve a cambiar la terrible realidad de la obstetricia en nuestro país.

Así que, queridas y queridos, me vais a permitir que hoy acuda a vosotros para hacer un llamamiento al que sé que responderéis, so pena de sufrir la indiferencia de vuestra adorada Lady Vaga.

Este es uno de esos casos en los que, si la mujer le lanza a la
matrona una patada voladora seguida de una docena de collejas,
el juez falla a favor de la mujer, la indulta, le manda flores y le
concede la Medalla al Honor de la Logia Antimatrosáurica.
Desde El Parto es Nuestro se ha puesto en marcha una campaña para visibilizar la maniobra de Kristeller. Sí, esa ayudita tan simpática que consiste en que la matrona más corpulenta del hospital se te sube encima de la tripa para que tu bebé salga disparado como si estuviesen espachurrando un tubo de pasta de dientes, ¿os suena? Bueno, diré para hacer honor a la verdad que sé de al menos dos partos domiciliarios en los cuales también se aplicó. Que no por parir en tu casita estás ya a salvo de los cafres que pululan por estos mundos.

Pero divago, divago. Se están recopilando testimonios (anónimos, si lo deseáis) de mujeres a las que se realizó la maniobra de Kristeller en sus partos (y puntualizo porque seguro que hay por ahí alguna despistada que escribe para decir que a ella se la hacen cada mañana en el Metro en hora punta y sin estar embarazada), así que si queréis contribuir a tan noble causa, podéis enviar vuestra historia a esta dirección de correo electrónico.

Por hoy esto es todo, queridas y queridos. Tengo pendientes algunas entradas y unas cuantas colaboraciones estelares que sé que apreciaréis como mi ingenio merece, pero ahora tengo que preparar la merienda para un señor(ito) muy exigente que no tiene ninguna intención de esperar más.

Besos con morrete de chocolate,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 9 de octubre de 2012

Cada vez que una mujer pare en el agua, Dios mata a un ginesaurio

Queridas, queridos, andaba yo centrada en mis cosas (que, aunque no lo parezca, las divas virtuales tenemos también una vida aparte del teclado y es ajetreadísima, pues entre estrenos de cine, inauguraciones de tiendas exclusivas y cenas con afamados cineastas se nos van un tiempín, un capitalito y un esfuerzo para aparecer siempre conjuntadas y monísimas sin repetir modelazo) cuando mi súper oído adornado de esmeraldas detectó un clamor popular que suplicaba: "¡Oh, Vaga, vuelve, no nos dejes así!", "¿No oyes nuestras plegarias, Lady?", "¡Lady, como no me hagas caso me tiro, me tiro... de los pelos del...!"

Ni que decir tiene que rauda y veloz desconecté el súper oído para no escuchar ordinarieces y después reflexioné y me di cuenta de que, en efecto, os tengo muy abandonados, queridas y queridos. Así que, para vuestro goce y placer extremos, me he calzado los taconazos de mandar, he afilado el lápiz rosa chicle hasta conseguir una punta capaz de competir con el mejor bisturí eléctrico del mercado y me he puesto uñas a la obra. Y para ello he seleccionado una perla que tenía pendiente desde hace más de un mes, a saber: la entrevista realizada (no tan) recientemente por La Opinión de Zamora al jefe de servicio de Ginecología de La Paz, en la cual, aunque no salió a la luz en su día, estuve presente, discreta como soy, para hacer ver al periodista la realidad de la atención al parto en nuestro país. ¿Que por qué no publicaron mi testimonio? Los medios, los medios que siempre manipulan... Pero aquí tenéis, para vuestros ojitos ansiosos y sedientos de amor vaguete, la verdad-verdadera. En negrita, las preguntas del entrevistador y en rosa chicle mis fantásticas aportaciones.

Tomad y gozad todos con él, pues este es verbo de la Vaga, que será verborreado por doquier para perdón de los ginesaurios.
Jefe de servicio de Ginecología y Obstetricia de La Paz, catedrático. Premio Tierras de Zamora, como embajador de la provincia
Antonio González González

«Cuando oigo lo del parto en el agua se me ponen los pelos de punta»

«Pasamos de una filosofía mecanicista al método científico y la mortalidad infantil se redujo»




El doctor Antonio González, en su despacho.
Gensanta, lo que se parece usted al Estivill, doctor...
Qué sustico da, ¿no ha pensado en hacerse la cirugía estética?
CARLOS GIL
El prestigioso médico de Casaseca de las Chanas Antonio González González, jefe de Ginecología de La Paz, ha recibido «con una gran satisfacción» la noticia de su designación como acreedor del premio Tierras de Zamora como embajador de la provincia. «Ha sido un momento de gran satisfacción, una cosa inesperada que me ha llenado de alegría, y estoy encantado». González sigue muy vinculado a su tierra, y de hecho, a pesar de llevar 47 años viviendo en Madrid, «voy todos los meses a mi pueblo». 
Nos recibe en su despacho lleno de tochos antiquísimos llenos de polvo, ejemplares del Diario Médico sin desprecintar y flamencas de esas que se ponían encima de los televisores antiguos, acompañado de una despampanante mujer impecablemente vestida y calzada que se presenta a sí misma como Lady Vaga y bajo cuyo subyugante encanto caemos inmediatamente rendidos redactor y fotógrafo. Mientras intentamos recobrar un poco de autocontrol, iniciamos la entrevista.

-¿De dónde le vino la vocación médica?

-Estuve trabajando de voluntario en el hospital de Zamora y entre eso y el médico del pueblo me nació la vocación y me fui a estudiar medicina a lo más cercano y barato, que era Salamanca. Cuando terminé la carrera coincidió que se abrió La Paz en Madrid y me fui directamente y aquí llevo 47 años.

-Doctor, cuente la verdad: cuando había pinchado todos los traseros zamoranos, descubrió que con un título podría también rajar chichis y se vino a Madrid en un tren cargado de vacas a esperar la inauguración del hospital. De hecho, usted ya estaba en el solar aguardando a que echasen los cimientos, abrecartas en mano a falta de bisturí para empezar a cortar todo lo que se le pusiese por delante.

-La Paz era un hospital de mucho prestigio, desde su apertura.

-Fue en el año 1965. Nació como una maternidad especial, modelo, inauguraba un ciclo hospitalario en España nunca visto, y a partir de ahí fueron surgiendo centros con la misma filosofía en otros puntos de España. Desde entonces se desarrolló la medicina socializada.

-La medicina socializada quiere decir que mientras te hacen una cesárea o te cortan el chumino hasta el tercer ojo, los sanitarios socializan entre sí, charlando acerca del tiempo, del último partido Barça-Madrid o de quién tiene la mejor receta para las lentejas a la jardinera. También hay quien dice que este término proviene de la excelente disposición de ciertos ginesaurios -en este punto, la hermosa Lady Vaga carraspea delicadamente- a rajar a las mujeres independientemente de su clase social.

-¿Qué novedad aportó La Paz?

-Fue una forma de atender el parto, integrada, segura, razonable, aséptica, científica, y sobre todo aportó una enorme seguridad, tanto a la madre como a los hijos. Los bebés entonces tenían una mortalidad bastante más alta de la de ahora y se empezó a practicar una medicina excelente que se reflejó en el descenso de la morbilidad y mortalidad fetales. Pasamos de veinte muertos por mil nacidos a tres que estamos ahora, prácticamente irreducible ya. También la mortalidad materna disminuyó.


-Todo el mundo sabe que, antes de inaugurarse La Paz, los partos los atendían comadronas desintegradas, inseguras, nada razonables, marranas y que se encomendaban a la Virgen de Regla ante cualquier complicación. 

-¿De dónde le vino la vocación por la ginecología y obstetricia?

-Nunca sabe uno, pero me impactó la forma de trabajar que tenía el doctor Castaño Almendral en el hospital de Zamora, un ginecólogo de gran prestigio. Yo entonces era un chaval, él venía de Alemania y era un hombre científico, que hizo grandes aportaciones prácticas, tenía una visión globalizada, más allá del localismo de una ciudad de provincias.

-Y ya sabemos -interviene la diva, haciendo bailar su zapato en la punta de su pie- que todo lo que venga de Alemania es siempre buenísimo, y si no mirad a los fantásticos Kohl y Merkel que tantas alegrías nos han traído a los españoles. 

-¿Qué opina de la vuelta a los partos más naturales?

-La historia es así, tiene sus ciclos. Conseguimos mucho pasando del parto atendido por una filosofía mecanicista y muy practicona a implantar los conocimientos científicos y la técnica, con lo cual logramos unos resultados espectaculares. Es posible que una vez que se logra lo básico y lo imprescindible que nos hubiéramos pasado desde el punto de vista técnico, con tanto catéter, tanto cable, tanta dirección del parto, pero naturalmente hay que tener en cuenta que la obstetricia va bien cuando va bien.

-Ya, doctor, y la economía va bien cuando va bien y bien está lo que bien acaba, pero esto último que ha dicho es una tautología de primero de Lógica... "La obstetricia va bien cuando va bien", me recuerda usted a Aznar cuando era presidente. Es evidente que se han pasado desde el punto de vista técnico y se han quedado muy cortos desde el punto de vista de la empatía y el respeto.

-Y en cualquier momento puede aparecer una nube negra que da al traste con todo lo que uno ha hecho.

-No me salga con eso de que un parto se puede torcer en cualquier momento como si fuese una ruleta rusa, doc... Que se le ve venir...

-Estoy a favor de que la intervención médica sea la mínima posible, pero la seguridad que dan los métodos diagnósticos y terapéuticos yo no la puedo olvidar. Y cuando oigo esas cosas del parto en el agua o mínimamente invasivo, si le digo la verdad, me ponen los pelos de punta.

-En eso le doy la razón, a mí con la humedad también se me encrespa el alisado japonés, luego le doy mi marca de serum antiencrespamiento para que se le quite a usted esa pinta de gañán mascagarbanzos que tiene, no se preocupe. Me surge una duda, doctor, ¿entonces, qué le va a usted, el parto "razonablemente invasivo"? ¿O cómo es eso?- Lady Vaga saca de su bolso de Chanel unas espectaculares gafas súper a la moda que le dan un aire todavía más intelectual y se las coloca para examinar atentamente a un doctor cada vez más nervioso.

-Cada uno puede hacer con su vida lo que quiera, pero la seguridad en medicina más que una aspiración es un derecho que muchas veces queda un poco desdibujado con tanta naturalidad.

-El problema es que a nosotras muchas veces no nos dejan hacer lo que queramos y nos intervienen sin necesidad y sin nuestro permiso. ¿O me va a decir usted que siempre ha pedido consentimiento y ha informado antes de hacer una episiotomía?

A la naturaleza hay que dejarla mientras va bien, pero para eso estamos los médicos, para corregirla cuando va mal.

-Pero solo cuando va mal, doc. El problema es que ustedes convierten en patológicos partos que podrían haber ido divinamente si nadie hubiese metido los deditos en vagina ajena...

-A nadie se le ocurre decir ahora que lo más natural en una apendicitis sea dejarla evolucionar de forma natural, hay que operarle.

-Rediez -Lady Vaga utiliza una expresión anticuada en un intento de darse a entender por el vetusto doctor-, es que una apendicitis es un  problema que hay que operar, pero un parto es un acto fisiológico en tanto no se demuestre lo contrario. Esa comparación la tienen tan trillada en su gremio que incluso en un blog de por ahí se habló de ella en su día...

-Pero una vuelta de cordón, un niño que sufre, un parto largo, lento, prolongado, difícil, hemorrágico, hay que estar ahí. Y los métodos científicos y técnicos nos ayudan mucho a tomar decisiones en el momento oportuno.

-Esta oración que usted ha construido, en cuanto a su forma, es un completo anacoluto. Por favor, repase las normas básicas de gramática y sintaxis. Respecto al contenido, vamos por partes: una vuelta de cordón la puede quitar una comadrona, que para eso están. Si el bebé sufre y las pruebas pertinentes lo confirman, intervengan sin dilación, por favor. Si el parto es lento o se prolonga pero la mujer y el bebé están en perfectas condiciones, métase sus cacharritos por donde desagua. Y si hay una hemorragia, claro, para eso están ustedes.

- Un catarro lo mejor es que se cure solo, pero no una neumonía. Con los partos pasa algo parecido. Han asistido partos un taxista, un bombero, un practicante, pero son los fáciles; si no hubiera nadie también nacía vivo el niño. Pero de eso a pretender que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna, no estoy a favor.

- Eso es verdad, en la gran mayoría de casos el niño nacería sin que nadie le "ayudase". Y añado que además lo haría en perfectas condiciones. Para los partos que usted llama "fáciles", la profesional cualificada es la comadrona. Y eso de los practicantes, ¿sigue existiendo? En cuanto al catarro, si descubre usted la cura, se forra, a día de hoy no existe...
Lo de que el parto sea siempre por la vía natural y sin intervención ninguna lo ha dicho usted, que se está montando una película digna de Stallone. A ver si le queda claro: las mujeres queremos que nuestros hijos nazcan sanos preservando en lo posible nuestros cuerpos serranos, así que el parto debería ser por la vía natural y sin intervención siempre que no haya problemas. Cuando los haya, queremos que ustedes intervengan, primero informando, después pidiendo permiso y en último lugar actuando, pero lo mínimo necesario. Nada de fliparse haciendo una cesárea a la mínima de cambio.


-¿Se abusa de la cesárea?

-Es una técnica que ha ido escalando puestos a medida que la sociedad ha demandado más seguridad.

-Perdone, ¿está usted de guasa? ¿Me va a decir que para la madre no es más peligrosa una cesárea? -Lady Vaga se ajusta las gafas con expresión de incredulidad.

-La seguridad total no existe ni el riesgo cero tampoco, pero qué duda cabe que la cesárea ha salvado muchísimas vidas, tanto a las madres como a sus hijos. Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco en el porcentaje de cesáreas, pero esto ha ocurrido por un excesivo celo, comprensible, para que no ocurra ninguna desgracia. Hay clínicas privadas, por ejemplo, que no tienen los medios técnicos para esperar y entre hacer la cesárea y que pueda pasar lo peor, se opta por lo primero. Yo estoy a favor de la cesárea con una indicación clínica y el contra de la cesárea a demanda, solamente porque la mujer lo pida.

- Su desvergüenza, entrañable vejestorio, me sonroja y anonada. Claro que la cesárea ha salvado muchas vidas, pero también ha dejado secuelas de por vida a madres e hijos y no siempre la relación riesgo-beneficio jugaba en favor de la cirugía. "Quizá en algunos aspectos nos hayamos pasado un poco", "excesivo celo", "comprensible"... ¿Cómo puede echarle tanta cara? ¿Y qué hay de las cesáreas programadas para no perderse el médico una cena de Nochebuena, de las que se hacen simplemente porque hay que limpiar los paritorios para el turno siguiente o de las que se practican por miedo a una hipotética demanda? ¿Fuma usted sustancias ilegales? Y un día estaría bien que nos contase cuáles son, para usted, las indicaciones clínicas...
Eso sí, en contra de la "cesárea a demanda". Si la mujer la pide, eso no vale. Me reservo mi opinión al respecto, pero me parece a mí que lo que a usted le jeringa es que la mujer pida, en general. Seguro que le piden una episiotomía y solo por joder ya no se la hace, que para chulo-chulo usted, ¿eh, doc?


Ante la creciente crispación en el ambiente, improvisamos un cambio de tema.
-¿Qué opina de la epidural?

-Estoy satisfechísimo de implantarla en La Paz a todas las mujeres tanto por la mañana como por la tarde, los diarios y festivos y en vacaciones. Para las mujeres es un alivio extraordinario. Es toda la lucha por combatir el dolor que tiene la historia de la medicina, pero sobre todo en la obstetricia. Porque bajo la sentencia bíblica de «parirás con dolor», la obstetricia era un dolor que se ha podido quitar. Y como la historia es un ciclo, ahora algunas mujeres, que no pasan del dos o tres por ciento, solicitan que no se les ponga epidural. Respeto muchísimo esta opinión, pero hay que advertirles de que a veces el parto duele mucho, y el umbral del dolor no lo tenemos todos en la misma altura, unos resistimos más que otros. Y hay mujeres que inicialmente no quieren epidural y luego la piden ellas mismas.

- De hecho, La Paz se llama así por la paz y quietud que se respiran en el ambiente gracias a que todas las mujeres están tumbaditas en sus camas, hasta la glotis de epidurales y bien calladitas, ¡así sí que se trabaja bien! No deje de advertir, imparcial redactor, la velada alusió a las "locas que paren a pelo" y la extensa sabiduría del doctor, que ha parido muuuuuchas veces, acerca del dolor del parto. Él fijo que resiste un montón, nadie lo duda...

-Cada vez nacen menos niños con malformaciones porque se puede interrumpir el embarazo. Ahora la nueva ley del aborto va a impedir este supuesto. ¿Ha habido excesos?

-Posiblemente. El aborto eugenésico en principio estaba reservado para grandes malformaciones, problemas incompatibles con la vida o que traían un lastre, complicaciones y consecuencias muy graves para el recién nacido. Y las interrupciones estaban en parte justificadas. Las alteraciones psíquicas del embarazo, sin ninguna alteración materna o fetal también incrementaron las cifras de abortos legales. Y ahora el Gobierno trata de restringir las indicaciones legales de la interrupción del embarazo. Los ginecólogos, como todo el mundo, amamos la vida y nos duele mucho lo del aborto. Pero el aborto eugenésico, en ciertas situaciones de malformaciones graves incompatibles con la vida está justificado.

-¿Por qué han aumentado los partos prematuros?

-Es uno de los problemas graves que tenemos en todo el mundo, sobre todo en los países hiperdesarrollados; hace unos años estábamos en un cinco por ciento y ahora en un once. Las causas son múltiples, entre ellas el estrés laboral o social. A veces nosotros los provocamos para salvar la vida de aquellos bebés que no habiendo llegado a la semana 37 están en situación difícil. Ahora la supervivencia de recién nacidos que nacen con mil gramos, hemos avanzado una enormidad, está alrededor del 95% y tenemos niños que sobreviven con 500 gramos, no siempre exentos de alguna complicación.

-¿Y los embarazos múltiples, también son un problema?


-Los embarazos múltiples son como una plaga. Las técnicas de reproducción asistida han disparado los partos múltiples.

-Una plaga terrible de bíblicas proporciones, propongo que les fumiguen el chichi con insecticida a todas las mujeres que osen someterse a técnicas de reproducción asistida.

-Pero sí se reguló que se implantaran menos embriones. ¿No se ha solucionado?

-En parte, pero siguen muchas clínicas implantando dos y tres embriones, cuando en otros países solo se implanta uno. A veces se implantan dos embriones y uno se divide y son tres. No sabemos todavía las razones científicas por las cuales los niños concebidos con técnicas de reproducción asistida se dividen con más frecuencia que los naturales.

-¿Les crea problemas el retraso de la edad de la maternidad?


-Cuando hace años empezaba los partos la edad media de las mujeres era 22 años. Ahora son 32 años. También los abortos y los partos prematuros a medida que avanza la edad son más frecuentes. Muchas mujeres no tienen partos a término porque es gemelar, triple o tienen una edad avanzada. Y por el estrés que supone cualquier tipo de eventualidad.

- Sobre todo el estrés asociado a las eventualidades que se sacan de la manga algunos ginecólogos, lo que Odent llamó "el efecto nocebo del cuidado prenatal"...

- Tenga en cuenta que estas mujeres que no se quedan embarazadas por métodos naturales, sino de reproducción asistida pasan muchos miedos a que se les interrumpa el embarazo o les pase cualquier cosa y ese miedo no es nada bueno. El parto más frecuente es el normal. Pero dentro del once por ciento de partos pretérmino también se encuentran otras patologías: madres hipertensas, diabéticas... También hay más diabéticas a medida que el embarazo es más tardío.

Casaseca de las Chanas (1942)
Con 70 años cumplidos, Antonio González González se jubilará como jefe de Ginecología y Obstetricia del hospital de La Paz (cargo que ocupa desde 1978) y catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid (aunque seguirá como emérito), casi el mismo día en que reciba el galardón como embajador de la provincia, en la convocatoria de Tierras de Zamora. Hijo de maestra y agricultor, estudió en el Claudio Moyano, después la carrera en Salamanca y el destino le llevó a la entonces puntera maternidad de La Paz, donde ha ejercido su labor profesional durante 47 años. Hace algunos años, en 1999, recibió el premio de «Zamorano del mes» de La Opinión-El Correo de Zamora.


Observaréis, queridas y queridos, que vuestra siempre serena Vaga no opina sobre temas como el aborto o la reproducción asistida porque se salen del asunto vertebral de este humilde blog y que, diva como solo ella puede ser, no perdió en ningún momento la compostura ni recurrió al insulto fácil, limitándose al insulto ingenioso. Tampoco figuro en ninguna fotografía, pues me gusta ser sencilla y misteriosa a la par. Ole.

Y ahora, me marcho al parque para que mis hijos se desfoguen como fierecillas en libertad mientras todas las madres se mueren de envidia contemplando lo bien que me enmarcan el culo mis vaqueros nuevos. He dicho.

Es palabra de Lady Vaga,
la diva que divaga.

domingo, 16 de septiembre de 2012

Domingo culinario

Esta es la tarta que Lady Rabbit me sugiere que haga y va a ser
mi próximo ensayo, pero no prometo nada. Por cierto, si la
hago, tendré el detalle de limpiar el cuchillo entre corte y corte,
que es lo que hacen las reposteras que se esmeran, para que la
foto salga divina de la muerte.
Mi reflexión de este domingo, queridas y queridos, es que, siendo tan dada a rajar de ciertos individuos y a ponerlos a parir, quizá en mi interior habite también una ginesauria... Total, los requisitos ya los cumplo, ¿no?

O será que pienso estas cosas porque llevo demasiado rato ensayando tartas para conmemorar el cumpleaños del jovial U-6 (y el primer aniversario del viaje más salvaje de mi vida) y ya empiezan a fallarme las sinapsis.

Se despide y vuelve a la tarea,
Lagy Vaga,
la diva que cocina los fines de semana.

viernes, 14 de septiembre de 2012

El Cobrador del Ginesaurio

La siempre dulce Miss Sánchez dice que la simpar Lady Rabbit y yo deberíamos dirigir algo juntas y a mí se me ocurre que quizá podríamos crear una ONG que ayudase a los ginesaurios y matrosaurias a expiar sus pecados sin necesidad de contacto físico doloroso (los cilicios dejan marca y los potros de tortura están carísimos en el mercado negro).

Así pues, queridas y queridos, he llegado a la conclusión de que Lady Rabbit y yo deberíamos fundar algo así como "El cobrador del ginesaurio" o "El cobrador de la episiotomía"... No sé, aún tengo que darle forma a eso del nombre, pero ya se me ocurrirá alguno acertadísimo, y si no, recurriré a la afilada Lady Ojazos, madre de la Rabbit y certera creadora de motes, eslóganes y mottos.

Ya imagino las escenas que se vivirían si, detrás de cada ginesaurio, colocásemos un intrépido señor vestido de frac que le afease su conducta...

Cobrador del Ginesaurio saludando gentilmente a su perseguido,
que la educación está ante todo.
- ¿Y dice usted que me perseguirá hasta que me disculpe con todas las mujeres cuyos chichis rajé por irme con prisas a jugar al golf?
- Huy, sí, y también tiene que pedir perdón a todas las que cesareó sin motivo para dejar limpio el paritorio...
- Bueno, menos mal que no ha dicho nada de la oxitocina...
- No se flipe, buen saurio, también he venido a vengar a las mujeres a quienes pinchó para acelerarles el parto por su conveniencia.
- ¡Copón sagrao! No voy a ganar para teléfono...

"Ahora a ver al saurio de guardia y luego al jefe de servicio,
ese que dice que se le mueren las mujeres por respetar sus
planes de parto... Igual podría cambiarle el bisturí por un
bastón de caramelo o incluso de cicuta orgánica..."
¡Qué bonito sería y qué buen indicador de transparencia para evaluar la profesionalidad de un médico! Si lleva detrás a uno o más señores vestidos de frac, malo... Como aquellos médicos chinos a quienes se obligaba a colgar en su puerta un farolillo rojo por cada paciente que se las había espichado bajo sus cuidados...

¿Qué, nos animamos? ¿Abrimos un proceso de selección de candidatos?

Se despide, soñando en su diván,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

Bajo arenas motivacionales...


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Recetas para intoxicar a tu bebé (pero de buen rollo)

Queridas, queridos, ayer os prometí que os copiaría las recetas que una iluminada-new age-brainless ha decidido colgar y luego retirar de internet, apabullada bajo el peso de las aplastantes críticas recibidas por todos los seres humanos portadores de neuronas capaces de hacer sinapsis.

Os hago un pequeño resumen: esta individua publicó en su blog un artículo sobre las diferencias entre la leche materna y la artificial (hasta ahí bien) y luego la cagó dando bombo a la dieta del doctor Jaramillo, un absoluto borrico que recomienda dar a los bebés durante sus primeros seis meses de vida todo tipo de alimentos (incluyendo legumbres, carnes, pescados... Vamos, una joyita el muy ceporro), junto con sus propias recetillas para elaborar bebedizos caseros extraídas de a saber qué manual para desgraciar bebés. Mejor le habría ido dedicándose a destilar licor de bellotas en su sótano... En su mismo blog se la puso a caldo (caldo orgánico, claro) y ella se defendió a gritos y terminó enfadándose sin respirar, borrando todos los comentarios que le llevaban la contraria y, finalmente y para alivio de la gente que piensa por sí misma, la entrada entera.

Yo, Lady Vaga, no puedo tolerar la injusticia cometida contra Alba Padró, excelente asesora de lactancia y gran persona, a quien se tildó de muchas cosas, ninguna de las cuales merecía. Por eso he publicado la entrada anterior y esta.

Dad almendras a vuestros recién nacidos y les saldrán neuronas
hasta en el cielo de la boca, crecerán hasta medir dos metros y
En internet todo queda, y si no queda para eso tenemos el copy-paste (o "copia y pega", que decimos los hispanoparlantes de pro) y, por obra y gracia de esa combinación de teclas tan útil, aquí os dejo las recetas que la simpar e ingeniosa hidalga tuvo a bien compartir con el mundo para que veáis lo loca que está la gente.

Es una pena que haya "desaparecido" el contenido original, porque menudas risas me eché cuando hablaba de que todos los alimentos procesados estaban muertos y carecían de nutrientes. Me imagino que esta sabia mujer será crudívora o, mejor aún, airívora, pues el aire porta todo, hasta los viruses que cogemos en invierno. Aunque quizá sea un organismo tan evolucionado que ha mutado y es capaz de hacer la fotosíntesis... Ojo, las copio para que NADIE, NUNCA, JAMÁS haga algo así a sus hijos. Como me entere yo de que experimentáis con vuestros bebés o con los de otra persona, os arreo con toda la mano abierta (y os recuerdo que ahora uso alianza y os la dejaría marcada en todo el jeto). Respeto, como siempre, ortografía y sintaxis originales, muy a mi pesar.


Alimento súper completo para un recién nacido. Contiene
hígado (proteína a mansalva), pasta (hidratos de carbono) y
brócoli (yerbita de la güena). Si vuestro recién nacido es uno
de esos pusilánimes sin dientes, dadle la sopa Jaramillo para
que se hiperdesarrolle y luego le atiborráis con este estofadito,
eso sí, casero y orgánico.
Con respecto al desarrollo del cerebro (cosa que a ti, chata, no se te desarrolló pero nada), nuestra primera preocupación aquí es conseguir el DHA y AA para el niño en una forma utilizable, y natural. En su útil texto sobre nutrición "Tradiciones Nutricionales", Fallon y Enig ofrecen una solución práctica que ha resistido el paso del tiempo (de los tiempos de Perico, oiga). Ofrecen recetas para 2 fórmulas naturales que se han ideado para acercarse lo más posible a los nutrientes conocidos en la leche materna, especialmente los ácidos grasos (que ya eran conocidos en los tiempos de Perico, inmemoriales, donde se analizaba la leche con el método científico de chupar una teta a la madre lactante que se pusiese a tiro).
Aquí están (nos lo temíamos):

Fórmula sin leche
* 3.5 tazas de caldo orgánico hecho en casa (de carne de res, pollo o pescado) (si lo haces en casa de la vecina no vale. Tampoco valen caldos inorgánicos a base de cantos rodaos del río ni comprados en el Macarrona. Por cierto, del riesgo de alergias que implica cascar a un bebé chiquitín alimentos a base de pescado no hablamos.)
* 2 oz de hígado orgánico picado (hale, ahí, sobrecargando al bebé de proteínas y de toxinas. Viva, viva.)
* 5 cucharadas de lactosa (que supongo que no sale de la leche.)
* 1/4 taza de suero (esto tampoco sale de la leche.)
* 1 cucharada de aceite de coco (sin refinar)
* 1 cucharadita de aceite de hígado de bacalao
* 1 cucharadita de aceite de girasol sin refinar

Cocine el hígado poco a poco en el caldo. Licua en una licuadora. Cuando esté frío, agregue los ingredientes restantes. Almacenar en un contenedor de vidrio. Para servir, coloque 6 oz (¿cómo sabes que tu hijo se va a meter seis onzas de esta mierda entre pecho y espalda?) en botella de vidrio y caliente lentamente en olla de agua caliente a baño maría. Nunca microondas.

Fórmula a base de leche
* 2 tazas de leche cruda (sin pasteurizar) (y no pides que el bebé se amorre a la teta de la vaca de puro milagro. Proteína en vena, amos-amos.)
* 1/4 taza de suero
* 2 cucharadas de nata cruda (sin pasteurizar)
* 1 cucharada de aceite de hígado de bacalao
* 1 cucharada de aceite de girasol sin refinar
* 2 cucharadas de levadura de cerveza
* 2 cucharaditas de gelatina (más proteína, justo lo que un bebé necesita a lo bestia, claro.)
* 1 1/3 taza de agua filtrada (¿filtrada del grifo de casa vale o tengo que ir a un pozo y bebérmela para filtrarla por la vejiga?)

Calentar la gelatina en agua hasta que se disuelva. Coloca todos los ingredientes en un recipiente de vidrio y revuelve bien. Para servir, coloca 6 oz en botella de vidrio y calienta lentamente en olla con agua caliente (con agua fría tarda un poco más, pero si tienes fe, lo lograrás. Ya sabes ,"there can be miracles when you believe"). Nunca microondas.
Obviamente que estas fórmulas son de día y de noche (y por la tarde y fiestas de guardar), aparte de la fórmula comercial procesada (que es demoníaca y convierte a los bebés en alien, el octavo pasajero). El contraste principal es que estas fórmulas se preparan en vivo (las demás se preparan en diferido) por una persona en vivo (hombre, si me lo prepara un zombie me acojono sin remedio) con alimentos sin procesar y en condiciones conocidas (todo el mundo sabe que en los laboratorios se trabaja en condiciones desconocidas). En lugar de inertes, súper refinadas, sin vida, fraccionadas, creaciones sintéticas, de laboratorio carentes de enzimas (¡¡¡¡ooooh!!!!, matemos a los chefs que hacen cocina deconstruida, ¡nos están asesinando lentamente! ¡A la horca con ellos! Pero una horca orgánica, claro), sustituimos los alimentos frescos de vida (¿qué cojones quiere decir "frescos de vida"? ¿Los sustituimos por otra cosa? ¿Qué mierda de sintaxis es esta?) con todos los nutrientes en una forma digerible, viable (la leche de fórmula para un recién nacido es inviable, claro). Las fórmulas comerciales vienen y van (más que nada, porque, aunque jamás serán perfectas, supongo que intentan mejorar e imitar a la leche materna -y también abaratar la producción por el camino-) pero estas viejas recetas se transmiten de generación en generación sin grandes cambios (sí, claro, este bebistrajo es súper conocido en tu casa a la hora del té y en los botellones flower-power de tu secta). El bebé va a prosperar en ellos (si no diña; ya se sabe que, lo que no te mata, te hará más fuerte... Igual hasta mutan y les sale un brazo en mitad de la frente para correrte a hostias hasta Malta).

~~~~ ~~~~ ~~~~

Nota: Edición del post a 3 de Agosto de 2012.
Incluímos una receta con leche vegetal que también es recomendada por especilistas ("especilistas" en vaciar la cartera a los incautos) y que puede ser consumida por todas las personas, incluyendo recién nacidos (que también son personas. Yo voto por darles a estos espabilados filetes de ternera por vía anal para que absorban el hierro directamente).
Fuente: http://www.elnorte.com/buenamesa/articulo/686/1370515/default.asp

Lechada de almendras
Rinde 1 1/2 litros
Tiempo de elaboración: 6 horas
Grado de dificultad: medio

3 tazas de avena
Agua (la necesaria)
36 almendras peladas
Agua purificada (la necesaria)

Preparación:
En un tazón agregar la avena y el agua hasta tapar; reservar por 6 horas.
Transcurrido ese tiempo, por cada taza de avena remojada incorporar 12 almendras sin piel.
Licuar la mezcla de avena con almendras. De ser necesario, añadir más agua a la preparación hasta obtener la consistencia deseada.
Nota de cocina: es excelente como sustituto de la leche materna.

Por qué tomarla.

Las lechadas son preparaciones que sustituyen de manera directa a la leche, de las cuales se pueden obtener muchos beneficios (sí, una almendra, que sale de un árbol, es nutricionalmente igual a la leche que sale de mis tetas. No me descojono de la risa porque no quiero que me salgan patas de gallo. Y esta tipa osaba desautorizar a quien le contestaba porque no eran "nutriólogas" ni "trofólogas". Pues ella, como dijo una de las participantes, es una "truñóloga" de campeonato. Hale):

-Son una opción de alimentación sana, por sus propiedades y por lo natural de sus ingredientes.
-Lo recomendable es tomar un vaso diario, por la mañana o por la noche, considerando que también tienen propiedades calmantes que ayudan al cuerpo a relajarse.
-Para los niños es muy buena, sobre todo para los recién nacidos, la lechada de almendras, ya que representa un sustituto de la leche materna (también lo es el vodka y fijo que duermen toda la noche del tirón. No te jode la tipa).


¿Qué? ¿Cómo se os queda el cuerpo? ¿Os parece siquiera medio normal que una persona tan carente de conocimientos y sentido común se permita el lujo de insultar a la OMS (que lo hizo, lo hizo), las asesoras de lactancia, las madres lactantes y los bebés? Porque a mí esto me parece para sacarse un modo y pegárselo en la cara. Se libra porque las divas no tenemos mocos ni pelotillas interdigitales en las extremidades inferiores.

Antes de terminar, querría dejar constancia una vez más de que, para quienes defendemos la lactancia materna, la leche artificial no es "la tercera opción", como continuamente recalcaba esta sujeta pensando que así nos dejaba en algún tipo de evidencia, sino el último recurso y no "una opción más". La leche artificial me parece un burdo sucedáneo que ni de lejos llega a imitar la perfecta composición de la leche materna, pero aun así, es infinitamente mejor que estos potingues caseros, preparados a saber en qué condiciones de higiene (ella se defendió argumentando que quienes amamantamos no nos lavamos antes las tetas, lo cual provocó gran hilaridad entre las virtualmente presentes) y sin control nutricional alguno. A ver si ahora va a resultar que todavía estamos en los tiempos del Pelargon.

Lo que hay que leer, queridas y queridos. Y la semana solo acaba de empezar.

Me despido, resignada a continuar contemplando cómo la Humanidad avanza hacia su colapso, capitaneada por estos listos,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

martes, 11 de septiembre de 2012

La mejor alternativa a la teta es una almendra

Queridas y queridos, mi detector de cenutrios (Cenutri-O-Matic, marca registrada) echa humo esta última semana, hasta tal punto que me he visto obligada a sacar punta al lápiz rosa chicle y casi le saco humo de tanto como he tenido que darle... Será porque estamos en septiembre y los imbéciles despiertan de su letargo estival, será porque cierran las piscinas municipales y cada mochuelo ha de volverse a su olivo o quizá sea que a cualquiera le dejan contratar una conexión a internet y abrir un blog (incluida la que suscribe).

Sea por la razón que sea, tengo tres temas en la recámara y hoy voy a despachar el que más daño me ha hecho en la mandíbula: me ha dejado tan boquiabierta que todavía estoy estudiando la posibilidad de pedir a mi odontólogo un certificado de la luxación que me ha provocado para demandar a la perpetradora del texto.

Sabéis quienes me conocéis y amáis, queridas y queridos, que la moi es defensora de las tetas propias y ajenas y del derecho de nuestros churumbeles a alimentarse a chupetazos de las mismas, es decir, de la lactancia materna. Se ha hablado de este tema recientemente en este nuestro rinconcito del despotrique feliz y hemos llegado a la conclusión, como buenas amigüitas, de que no se puede convencer a quien no quiere dar la teta y que lo deseable (por ello trabajamos) es que todas las mujeres tengan a su disposición información de la buena (no de la patrocinada por Cutribén o Pestlé) para poder decidir si dan el pecho con todas las bazas en el canalillo. A mí, lo reitero, me cuesta creer que una mujer bien informada no prefiera cosas tan sencillas, básicas y posibles en la mayor parte de los casos como el parto de baja intervención y la lactancia materna, no sé, es como si alguien me dijera que prefiere que le sonden para no tener que hacer pis, pero oye, cada quien que haga de su capa un sayo.

Y en estas estábamos, de buen rollo y felices como perdices, cuando llega una señora (perdonad el eufemismo) de esas a las que les gusta la polémica, el donde-dije-"digo"-digo-"figo" y el hacerse las ofendidas en sus reales dignidades y se saca de la manga, en un blog con gran cantidad de seguidores, que si no das la teta, lo mejor que puedes hacer es endiñar a tu recién nacido bebidas caseras a base de avena, almendras, caldos de carne orgánicos (los caldos inorgánicos se hacen de piedras y no molan) e hígado.

No contenta con ello, lo airea por toda la red, extendiendo el tufo de su panfleto como si de un calcetín sudado se tratase, y se vanagloria de su autoría con fervor. Solo era cuestión de tiempo que alguien con dos dedos de frente lo leyese y alucinase, como así fue. ¿Y qué hizo esta energúmena, peleada con su propio entendimiento y enemiga del de los demás? Acusar a toda una profesional como Alba Padró (cuyo fantástico blog Som la Llet debería ser de obligada lectura, gracias a la ayuda del Googlecio traductor para quienes solo parlamos catalán en la intimidad), que ha ayudado desinteresadamente a cientos de mujeres a establecer y mantener sus lactancias, de estar vendida a la industria de la alimentación infantil y de promover un "veneno", que es como la tipa llama a la leche artificial. Ah, y de ser una esbirra de la OMS, que se conoce que se forra con las leches artificiales y es más mala que el Smith de Matrix.

Sumo y sigo: ante la avalancha de comentarios en su contra que se le venían encima y viendo que llevaba todas las de perder, esta individua (nuevamente, perdonad el eufemismo, oh fans míos) optó por repetir el mismo mensaje en mayúsculas una y otra vez, preguntando a las allí virtualmente presentes por qué defendían un producto "tóxico" y cuáles eran sus intereses en el caso, todo esto sin dejar de faltar al respeto a Alba. Terminó por borrar todos los comentarios que no fuesen del tenor de "oh, qué buen artículo, en cuanto encuentre una neurona por ahí suelta me lo leeré y te alabaré de nuevo, diosa de las parrafadas sin puntos y aparte".

El caso es que el principio del artículo no estaba tan mal, pues trataba de las diferencias entre la leche materna y la artificial y de por qué la artificial no puede ni acercarse remotamente a la forma de alimentación de la que naturaleza nos proveyó en su día, pero esta señora, en su soberbia internetera, tuvo la feliz idea de rematar el texto con unas recetas para preparar licuados caseros que ella llama "lechadas" (yo prefiero "soplapolleces" por ser más técnico y certero) y que luego, cómo no, eliminó de su blog, no fuese a ser que, con razón, alguien con dos dedos de frente la fuese a acusar de ser una inconsciente redomada.

A esta señora se le argumentó por activa, pasiva y recidiva que las alternativas sensatas para alimentar a un recién nacido son las siguientes, en el orden que cito y que no es idea mía, sino de asesoras de lactancia expertas y de pediatras versados en la materia:
  1. Leche materna de la rica teta de mamá.
  2. Cuando esto no es posible (por motivos reales, por favor, no por "no me sube la leche" o "mi pediatra dice que ayudita"), leche de banco de leche o de donaciones certificadas y fiables.
  3. En último caso (yo calculo que si las asesoras de lactancia pudiesen hacer su trabajo de información y formación sin injerencias indeseadas, hablaríamos de un 1-2% en total), leche artificial.
Bueno, pues esta chica acusaba a quienes allí intervinieron de promover un "veneno", un producto "tóxico". Mira que se le insistió en que todas somos conscientes de que la leche artificial dista muchísimo de igualar los beneficios de la leche materna y que jamás se animaría a una mujer a dar leche artificial "porque sí", pero nada, ella erre que erre en su intrínseca burrez. Ojo: sé que en ciertos casos muy concretos puede ser necesario alimentar a un bebé con fórmula a base de soja, pero no es, ni mucho menos, una alternativa adecuada para la gran mayoría de los lactantes.

No quiero extenderme demasiado, queridas y queridos, así que dejo aquí esta entrada por hoy. Iba a enlazaros al post original, pero además de ser un ladrillo infumable, su autora ha tenido a bien retirarlo de la red para no ofender más retinas ajenas.

Me despido, pues, prometiendo que mañana os copiaré las recetas de "leches" vegetales que sugiere esta chavalita para que os riáis y flipéis a partes iguales.

Y me marcho al parque, que con la tontería se me va a hacer de noche,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

domingo, 19 de agosto de 2012

Yo tuve un hijo con David Duchovny

A veces, lo que parecía una noche normal de descanso tras un día de trabajar, jugar con los nenes y hacer arrumacos al costillo, se vuelve una proyección de cine en sesión continua y el cerebro le juega a una buenas o malas pasadas en forma de sueño.

Esto es, queridas y queridos, lo que me ha sucedido a mí esta noche: en primer lugar, uno de esos sueños de los que te despiertas pensando "oh, ojalá sea una premonición, esto no se lo puedo contar a nadie porque dicen que si lo cascas no se cumple y yo quiero que se cumpla" en plan tinéiyer total, para, a continuación, recibir una venganza cósmica en forma de horrible pesadilla de esas que te hacen pensar "voy a encender el ordenador para contárselo al mundo a la de ya, esto hay que deshincharlo".

Por tanto, sin más dilación, queridas y queridos, paso a contaros mis sueñipesadillas de hoy para que os descojonéis de los vericuetos nocturnos de la mente de la Vaga.

Primer sueño
Estoy en una casa que se supone que es la mía, pero es mucho mayor y (todavía) más bonita que Vaga Manor. Ni rastro de Ambrosio y su equipo, pero de eso me doy cuenta ahora, en el sueño no. En un butacón (pongamos que un chester monoplaza, pero esto lo estoy añadiendo yo ahora) encuentro sentado leyendo al que, en el sueño, sé que es mi marido (ahora es cuando alucináis de lo mal que estoy): David Duchovny (sí, sí, el de "Expediente X"); pero no el de ahora, que ya empieza a estar madurito tirando a pasao, sino su versión del pasado, bien jamonaco y potentorro él.

Yo, que le veo todo concentrado, me voy hacia él, dejo sobre la mesa los papeles que está leyendo y me siento en su regazo en plan "soy Catwoman y pienso tatuarte mi nombre en la espalda a arañazos" y ¡zas!, nos enrollamos apasionadamente.

De este sueño saco yo dos conclusiones, a saber:
- Vaguita, vente al sofá, que te voy a dar tanta marcha que
después serás capaz de dormir incluso sobre un toro mecánico.
- Nones, David, que luego te me haces adicto al sexo otra vez y
ya la tenemos liada... Además, es que de trasnochar me están
saliendo unas ojeras que luego me dejo el sueldo en corrector...
  1. ¡Cómo cambia la mente de una mujer casada! Para ser fiel incluso en sueños, mi cabeza se lo monta de tal modo que dejo a mi querido Lord Muchomacho (que además es como veinte años más joven que el Duchovny) fuera de la historia y me invento que mi costillo es el actor. Toma ya sexo conyugal, ¡así no son cuernos!
  2. Mi mente se cansa menos que mi cuerpo. Si después del día tan ajetreado de ayer encima tengo ocasión (y obligación conyugal, claro, que eso es por contrato) de beneficiarme a dos pibones de tal calibre, creo que invariablemente me habría quedado dormida antes de terminar con el segundo. De lo cual, deduzco que, si algún día se me presenta la ocasión, tendré que sugerirles que lo hagamos todos juntos, pero no revueltos, para ahorrar algo de tiempo y poder dormir. Ojo, que no sería por vicio, sino por pragmatismo, que las divas no podemos ir con ojeras por la vida ni siquiera por una noche loca con David Duchovny.
Yo me imagino que, de haber acontecido en la vida real, el diálogo habría sido más o menos así...:

- Ven aquí, Vaga mía, que te voy a poner tal sonrisa en la cara que vas a amortizar la ortodoncia del tirón.
- Ay, David, no sé, si ya nos cuesta a Muchomacho y a mí encontrar sitio y momento para poder retozar sin que se despierten los nenes, imagínate ahora tener que hacerlo sin despertarles a ninguno de los tres...
- Tira pa'cá, mujer, ¡que te voy a hacer un expediente "XXX" de los que la Scully no cató!
- Bueno, si me lo pintas así, ¡Jerónimooooooo!

Total, que yo me desperté pensando "mmmh, Duchovny, qué bien besa, cómo se mueve, qué cuerpazo, qué tío" y me volví a dormir... Ilusa de mí, no sabía que me esperaba el... ¡Tachánnnnnn! (redoble de tambores y fanfarria de terror con alarido incorporado, por favor)...

Segundo sueño
Estoy en un box de un hospital. Es bastante pequeño y tengo calor. Lady Rabbit está conmigo y yo estoy conectada a un monitor. Estoy de parto (no, no me preguntéis si el hijo es de Duchovny o de Muchomacho, en el sueño no queda claro) y las contracciones son incomodísimas de pasar tumbada en la camilla.

Lady Rabbit intenta ayudarme a paliar el dolor como puede, pero inmovilizada en litotomía (no sé por qué me han colocado así, si es solo el rato del monitor o es continuo) no hay mucho que podamos hacer. Con nosotras hay otra mujer, una ginecóloga a la que, en el sueño, yo considero respetuosa y con la que parece que me siento a gusto.

De repente, el monitor refleja que la frecuencia cardiaca de mi bebé baja en cada contracción. La ginecóloga observa durante un par de contracciones más. Miro a Lady Rabbit, veo la angustia en su cara y le aprieto la mano con fuerza. Yo misma propongo bajarme de la camilla y pasar un par de contracciones en cuclillas para intentar ayudar al descenso del bebé, pero no hay manera: empujo hasta sentir que me rompo, pero mi bebé no sale y las bradicardias siguen produciéndose.

Máquina que hace "¡ping!", ¡cómo te odio!
La médica dice que hay que hacer una cesárea y yo respondo "házmela ya". Me subo a una camilla que está pegada a la otra pared del box, resignada a pasar por otra operación y pensando "ya sé cómo va esto, la recuperación con otros dos nenes en casa y un bebé va a ser durilla pero al menos he vivido un parto maravilloso con U-6, no todo podía ser bueno, en unos minutos tendré a mi bebé conmigo y esto habrá terminado", pero mientras lo pienso me van ahogando las lágrimas que intento aguantar. Miro a la ginecóloga y veo que tiene en la mano un cuchillo de los de sierra de Ikea, con mango negro, ensangrentado hasta las cachas, y le pregunto "espera, espera, ¿me vas a operar con eso?" y ella me responde "cuando no hay tiempo, no hay tiempo; ahora, si puedo, lo lavo un poco".

Pero es mentira, no lo lava y hunde la punta en mi tripa. Yo, llorando, miro a Lady Rabbit, que me coge la mano con cara de estar ella misma a punto de llorar, y le digo entre lagrimones que no quiero otra cesárea.

Y ahí me desperté.

De este sueño, también saco dos conclusiones, pues soy una dama muy reflexiva:
  1. Que aún no he conseguido quitarme la idea de que el parto de U-6 fue de chiripa y que volver a quedarme embarazada sería tentar a la suerte y comprar papeletas para una posible cesárea one more time.
  2. Que mi azotea no funciona demasiado bien, porque a ver qué carajo hacía yo en un hospital, sin mi marido y con una ginecóloga en vez de una matrona, inmovilizada en litotomía y con la maquinita del ping sonando sin parar.
Queridas, queridos, ser una diva es difícil, pero mucho más difícil es ser, simplemente, una mujer.

Y ahora, voy a desayunar para pensar en cosas más mundanas.
Se despide al olor de los croissants caseros,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

jueves, 9 de agosto de 2012

Hablemos de tetas

Queridas, queridos, periódicamente me viene a la cabeza este tema y tengo siempre la entrada para el blog a medio redactar... A ver si hoy por fin consigo concretar y dar forma a mis ideas.

Como sabéis, queridas y queridos, la lactancia no es el tema principal de este blog, aunque yo misma me considero una defensora del amamantamiento hasta que madre e hijo quieran. No suelo tratar este asunto porque ya hay blogs que lo abordan en profundidad y porque hay tanto ginesaurio contra el que arremeter que me sobra poco tiempo para otros menesteres, pero hoy me vais a permitir, oh admiradores míos, que hablemos de tetas. De tetas, de tetas lactantes y no lactantes.

Ejem... No me refería a este tipo de tetas, ¿quién ha googleado
para ilustrar este post? ¡Pero si las tiene más grandes que yo!
Pensando en lo de la señora Abenia y sus exabruptos, la verdad es que a mí me parece muy bien que esta señora no quiera dar el pecho a sus hijos (en concreto ella no tiene muy buena información, lo cual es una lástima porque no será una decisión realmente libre, pero no deja de ser suya), lo que me molesta es que no me deje a mí darlo en paz.

Veamos si me explico. Cuando veo a una mujer dar un biberón a su hijo, no me dedico a arengarla sobre los beneficios de la lactancia materna. Ni mucho menos. ¿Qué sé yo si ese biberón es de su propia leche, por ejemplo? ¿Qué sé yo acerca de esa mujer, de por qué no enchufa a su hijo a la teta? ¿Me importa a mí, acaso, si es porque no quiere o porque no pudo? Así que me callo y miro hacia otro lado. Me meto en mis asuntos, vamos.

No creo en los bandos. Me disgusta que, cuando alguien habla de lactancia desde el respeto y exponiendo las cualidades de la leche materna, alguna mujer se sienta mal y diga que se la acusa de "mala madre". Porque tampoco creo en las "malas madres" (aunque haberlas, las habrá, como las meigas, digo yo), ni en el coco ni en el hombre del saco ni en los penes submarinos. Me apena sobremanera que alguna mujer confunda la defensa de la lactancia con un ataque hacia ella, hacia sus decisiones o hacia una experiencia que, por "a" o por "b", ella no pudo cambiar.

Esto ya es otra cosa. Tetas de mujer, el bebé es opcional.
Me resulta curioso que percibamos como ataques cosas que no pretenden serlo; es como si yo me sintiese dolida cuando se habla de los problemas que puede tener un bebé por el hecho de nacer por cesárea. Ya me habría gustado a mí evitar la cesárea por la cual nació O.G., pero el pasado no puedo cambiarlo; solo puedo comenzar cada día dispuesta a minimizar esos posibles problemas y a dejarle claro que su madre le adora y que dará cualquier cosa por él y por su hermano.

Y me pregunto si detrás de esa sensibilidad, de ese sentirse ofendida, no habrá una mujer herida, una mujer a la que le estropearon la posibilidad de dar el pecho a su bebé con mala información o con poca voluntad por parte de los profesionales que, en teoría, deberían haberla ayudado. ¿No será que estos temas nos molestan porque todavía nos duelen demasiado? Me veo a mí misma recién operada, lidiando con mi dolor y mi indignación, intentando digerir lo que había sucedido y por qué las personas que supuestamente tenían que cuidarnos nos habían tratado así. Solo con el tiempo pude asumir lo que había sucedido y entender que únicamente podía mirar hacia atrás en busca de inspiración para vivencias futuras.

Digo esto con todo mi cariño hacia esas mujeres, porque creo que, cuando tomas una decisión informada, lo haces con todas las consecuencias y te toca un pie lo que diga el de al lado, no te molesta especialmente... No sé, por ejemplo, cuando decidí parir en casa (antes de quedarme embarazada del pequeño U-6), varias personas de mi entorno se echaron las manos a la cabeza porque estaba muy reciente la muerte de una bebé en Cáceres tras un parto domiciliario, pero a mí lo que ellos opinasen me daba bastante igual. Yo me había informado y sabía lo que quería, ¿por qué iba a molestarme que ciertas personas dijesen chorradas?

Esto es lactancia prolongada. En este caso, lactancia diferida,
pero lactancia al fin y al cabo. Nótese que el buen señor lo que
tiene ya es más vicio que una garrota y que no puede ser sano
que un chico tan mayor continúe con el biberón...
Lo que no me parece de recibo es insultar a la gente solo por optar por una cosa u otra. Descalificar a los demás y comparar, en este caso, a quienes dan el pecho con "dudosas mendigas", animales u homínidos de Atapuerca me parece de tener muy poco cacumen y hace a esa persona merecedora de una respuesta contundente y en su propio idioma. Tampoco se me ocurre llamar a una mujer "mala madre" por no amamantar, aunque me cuesta creer que una mujer bien informada no prefiera esta opción. Es más, conozco a más de una mujer que, no  habiendo podido dar el pecho a pesar de haberlo intentado, continúa ofreciendo a su bebé el pecho como consuelo, calmante o "somnífero".

Sumo y sigo: las opiniones son como los traseros, cada uno tiene el suyo y el del tipo de al lado es siempre más feo. Así que estaría bien que quien no entiende mínimamente de un tema se callase o, por lo menos, no hiciese apología de su ignorancia en una tribuna pública como es un blog. Digo yo. Y vuelvo a recurrir a mi experiencia vital: antes de ser madre, todos estos temas me importaban poco tirando a nada, me preocupaban menos que el pronóstico del tiempo para el fin de semana y sabía de ellos absolutamente nothing. Razones todas por las cuales no solía hablar de estos temas y mucho menos opinaba sobre lo que hacían quienes tenían hijos. Es más, les encontraba muy plastas (mi entorno era profundamente clasicón y aburrido para estas cosas) y procuraba que ni saliesen estas conversaciones. Pero jamás me dediqué a criticar a nadie por dar teta, biberón o tapitas de jamón del bueno a sus retoños. Hasta ahí podríamos llegar.

Así que, por favor, dejemos de pedir respeto para quien ataca. Si alguien me critica por dar el pecho, pienso soltarle cuatro frescas. Del mismo modo, si tú das biberón y te tocan las narices, harás bien en reaccionar. Pero, de verdad, no confundamos los artículos informativos o autobiográficos con esas peroratas absurdas de quien no tiene nada más que hacer que aporrear el teclado intentando crear frases con sujeto, verbo y predicado.

No sé si he conseguido explicarme u os he dejado más liadas que el pelo de Lidia Lozano, pero lo he intentado. Otro día os contaré las fantabulosas teorías sobre bebés que tenía antes de ser madre, una risa.

Se despide y se marcha a cenar,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

miércoles, 8 de agosto de 2012

De tetas, fluidos y derrapes mentales

Queridas, queridos, rompo mi estival silencio durante el cual me he dedicado a fingir que trabajo (con nivel de éxito moderado-alto) y a disfrutar de mis churumbeles y recién estrenado maridito (a total satisfacción, por cierto), porque por varios canales me habéis asediado, oh fanes que lo sois, para pedirme que ponga coto a tanta chorrá como se lee por estos blogs de Dior. Y es que, ya se sabe, hoy día a cualquiera se le deja tener un bló y en internet no se estila eso tan selectivo y disuasorio del derecho de admisión.

Resulta, queridas y queridos, que una energúmena muy mona ella, de esas cuyo cometido televisivo es decorar la pantalla (fundamentalmente) y servir de ejemplo a los padres para recordarles a sus hijos adolescentes la importancia de una correcta formación académica, ha decidido soltar los deditos para decir alguna gilipollez de esas que sonrojan al leerlas de tanta ignorancia como destilan. Yo, en principio, pensaba circunscribirme y limitarme a la genial crítica de la siempre acertada Alba en su blog Som la Llet, pero la aclamación de mis admiradores, que son los más guapos e inteligentes del mundo mundial, ha removido mi conciencia, así pues, allá va: ¡toma fluido color rosa chicle en todo el jeto, maja!

Por cierto, echaréis en falta quizá (solo quizá) el enlace a la entrada original del blog de esta individua (me niego a llamarla "mujer"), pero es que no pienso ponerla. Si queréis contactar con ella, la googleáis, como todo hijo de vecino (esto admite dobles y triples lecturas, yes). Ah, a mí también me encanta lucir canalillo, pero no me gano la vida con ello sino con mi cerebro (y no donándono a la ciencia, sino ejercitándolo). Hale.


Lactancia, ¿hasta cuándo?
Del 1 al 7 de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Nadie niega sus beneficios (bueno estaría), pero aún sigo consternada, con todos mis respetos, por la imagen que mis retinas registraron hace unos días en medio de una de esas cenas con amigos que se alargan y en las que tocas todos los palos (pues no toques tanto los palos de los que no conoces ni media y documéntate un poquito antes, como he hecho yo contigo, que no sabía ni quién eras hasta ahora, perlita). La de una madre amamantando a su hijo de unos 4 años. ¡La leche! (¡Oh! ¡Horror y pavor! ¡Excomunión! ¡Qué osada, dar teta a su hijo en vez de usar sus pechos como objetos decorativos! ¿Será guarra, la tía?)

Fue de esta manera que decidí (expresión de influencia francesa; lo correcto es "como decidí") compartir la foto en mi perfil de Twitter. El tema dio bastante juego, estas fueron algunas de las ingeniosas respuestas de la red (ingeniosas te parecerán a ti, bonita, que por lo que estoy viendo tienes el nivel intelectual justito como para entretenerte con un canuto hasta que te salga la "o"; ni las reproduzco porque solo hay una o dos que merezcan la pena).
Entonces, ¿hasta qué momento? Ese es el 'quiz' de la cuestión (No, chata. Será en todo caso el "quid", porque un "quiz" es un concurso y, que yo sepa, aquí en estupidez ninguna puede competir contigo, porque juegas con ventaja). ¿Hasta el infinito y más allá? No son pocos los hombres que con curiosidad hacen una cata de leche materna cuando sus parejas están nutriendo a su pequeño. Recuerdo una divertida comida con una conocida compañera de televisión, que nos contaba en un descanso a toda la mesa que la escuchábamos, entre carcajadas, cómo, cuando dió (sin tiiiiiilde, anda) a luz, una enfermera les sorprendió a ella y a su marido en la habitación del hospital en plena faena, succionando esté (¿esté? ¿Otra vez nos habla en fgancés, señogaaaa?) el pezón de la susodicha para estimular la subida de leche. ¡Los hombres pueden ser tan condescendientes! ('modoirónicoON'). No pierden oportunidad.

Lo sabemos de sobra, nos lo han dicho hasta la saciedad, "la leche de la madre es un magnífico alimento para el churumbel" (no, bonita, no es un "magnífico alimento", es EL alimento normal y lógico. Lo demás son inventos del ser humano), le basta este alimento para crecer con mucha rapidez. Pero en un país desarrollado, más allá de los seis meses recomendados (documéntate, Adri, la OMS recomienda seis meses de lactancia exclusiva y luego prolongarla como mínimo hasta los dos años complementándola con otros alimentos; es decir, la leche materna sigue siendo lo fundamental y el resto es un añadido), ¿qué sentido tiene alternar el bocadillo de mortadela o los deberes de clase con unos sorbos de leche materna? Que alguien me lo explique, por favor (¡qué cortedad! Tiene el sentido de dar a tu hijo el mejor alimento posible mientras ambos así lo queráis, el de reforzar vuestro vínculo de una manera muy sencilla y directa y el de "porque me sale de las tetas hacerlo", por si el argumento de la libertad te parece bien. Por cierto, qué poco fina eres, los bocadillos de mortadela no están a la altura de la teta. Si quieres comparar, en todo caso un jabuguito). ¿Tanto ha subido el cartón de leche que sale a cuenta elegir esta opción? (Suba o no suba, sale a cuenta, sí: la teta es gratis, está siempre disponible sin calentar nada, la llevo encima aunque me olvide de las llaves de casa y a mis hijos les encanta.)

Este será el nuevo símbolo internacional
para los baños de mujeres, porque dar la
teta es tan asqueroso que el sitio adecuado
es el mismo donde se giña. ¿No, Adri?
Caso aparte requiere el amamantamiento en plena calle, siempre me ha parecido que el acto en sí requiere de cierta privacidad (la que a la madre del nene le salga de las mismísimas tetas, así de claro te lo digo, y si no te gusta, pues no mires). Hoy en día no es difícil encontrar lugares habilitados donde poder disfrutar de la intimidad, luego están los probadores de numerosas tiendas (¿para echar un polvo, dices? Yo es que tengo casa propia y valoro mucho mi intimidad... Ah, para dar teta; no, eso lo puedo hacer en cualquier parte donde a mi hijo le dé hambre. Qué bien te sentaría esperar con tus trapitos en la mano en la cola de la tienda porque yo estoy dando teta en un probador... ¡Ay, insensata). Y digo esto porque no será la primera vez -admito que soy bastante escrupulosa- que se me haya indigestado la comida al observar enfrente mía (Mamá novata tiene toda la razón en que no debo dejar pasar este error; se dice "enfrente de mí") a una mujer sacándose 'las ubres' para alimentar con sus fluídos (sin tiiiiilde, second time) a su bebé (aquí se me ocurren varias respuestas:
  • Pues te jodes.
  • Pues si te indigestas, así mantienes la línea.
  • Mira, mona, mi madre es muy del refranero español, pero en esta ocasión te viene que ni pintado un dicho de mi padre, que reza "todos los guarros sois escrupulosos". No sé, pero si no se te indigesta el cortadito pensando en todos los tíos que se la menean, fluidos incluidos, a tu salud viendo las fotos de tu entreteto, no entiendo por qué te sienta tan mal que una mujer dé utilidad fisiológica y práctica a sus pechos. 
  • ¿Será envidia? 
  • Nota mental: añadir una bolsa de plástico a mi Hermès de paseo por si me encuentro a alguna mojigata luce-teta de estas, para que pueda vomitar sin manchar nada al verme dar teta) 
Es algo que no me ha causado buena impresión desde una tierna edad, no sé cómo gestionaré esta etapa cuando se me presente, pero me resulta muy animal, de Atapuerca (pues anda que no eres tú pijotera, bonita. Vamos, que antes de darte el pecho tu madre se hervía la teta... Si es que has tenido la suerte de ser amamantada, que por la ojeriza que le tienes al tema yo diría que a ti te han criado con Pelargón y gracias... Y después pasaste directamente al bocata de mortadela, claro).
Quizá un trauma infantil que se remonta a cuando de la mano de mi progenitora me cruzaba con las dudosas mendigas que se ponían en medio del paseo a pedir, aprovechándose de un niño, quizá ni de ellas, en los brazos (¿y qué tienen que ver las mendigas que llevan un niño en brazos con las mujeres que dan el pecho? Tus asociaciones de ideas son muy peculiares, con un test de Rorschach me gustaría a mi verte, ingeniosa). O de un libro de geografía en el que aparecía una indígena alimentando a un jabalí con su pecho, imagen que hubiera deseado me arrancaran de los ojos (mejor te iría, sí). Así que vaticino, con bastante probabilidad, que yo seré de esas 'malas madres' que se apunten a la moda del biberón ("moda" es la palabra clave: tú no actúas por convencimiento ni por reflexión, sino por moda. Ya te digo yo que el año que viene se llevarán los pelos en las piernas, créeme... ¡Qué pena que te hicieses una depilación definitiva, ahora serás una fashion-paria! Igual te lo crees, como eso de contrastar no es lo tuyo...); y no por una cuestión de estética, porque en mi caso la gravedad no es un problema, sólo tenéis que observarme (tú también puedes observar mis preciosos pechos turgentes de madre lactante, ¡ah, no, que te dan asco! Pues tú te lo pierdes), sino de clara desnaturalización o sentido de civilización (es que dar teta es de salvajas, lo civilizado es usarlas para goce de pajilleros), según se mire (tus hijos y tú os lo perdéis, chatita, pero a mí déjame dar la teta en paz y ocúpate de las tuyas).
Únicamente nosotros, los seres humanos, por llevar la contraria al mundo, bebemos leche de otra especie cuando cesa la lactancia. Igual no seamos todo lo naturales que pensamos entonces (¡Saludad a Adri, inventora de la rueda, descubridora del fuego y fundadora de la civilización humana! ¡Que se ha dado cuenta de que no somos naturales! ¡Nos vestimos, nos calzamos y asfaltamos caminos por los cuales circulamos con máquinas malditas!). Al parecer es dudosamente recomendable. Al final, he optado por apuntarme a la leche de arroz y la de almendras (eso no son "leches", sino bebidas vegetales. De verdad, lee un poquito más). La de soja, magníficamente publicitada, resulta que no es saludable para una mujer joven y sana por su contenido en estrógenos (fitoestrógenos). Y muchos cánceres de mama son sensibles a los estrógenos (pues dar la teta ayuda a proteger contra el cáncer de mama, one more time, tú te lo pierdes).

Recapitulando, ahora que registro en mi mente los amigos que se han criado a punta de tetina, la verdad es que están hechos un toro (sí, como que tienes hecha una lista mental de quién ha mamado teta y quién se la ha mamado al jefe. Anda ya a Parla. Y si son varios, estarán hechos "unos toros"). Pero yo no quiero ser una vaca (no, ¿para qué? Si ser imbécil se te da de miedo). Cada una que decida libremente.

-Fin de la paja mental de esta chica-

Pues sí, cada una que decida libremente y, a ser posible, que no insulte a quienes hacemos otra cosa, porque ni somos vacas ni mendigas ni provocamos náuseas a nadie. Que a mí me parece cojonudo que esta chica se llene de ceros la cuenta corriente posando para revistas de pajilleros, pero, que yo sepa, no le he preguntado su opinión sobre las aplicaciones prácticas de mis tetas, así que, Adri, bonita, revísate los manuales de ortografía de Bachillerato y luego sigues diciendo memeces.

Y ahora, voy a merendar con pastelitos caseros y leche de vaca, que yo soy así de antinatural y lo disfruto, OH YEAH.

Se despide,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

10/8/2012
Siguiendo la recomendación de mi querida Mamá Novata, y con la sana intención de que la autora de tal pajilla mental aprenda ortografía, procedo a añadir un par de correcciones/sugerencias en rosa chicle.
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