jueves, 29 de diciembre de 2011

Parir a la antigua usanza, jodida pero ¿contenta?

Aviso para despistados: esta es una entrada didáctica a la par que divertida, destinada a elevar vuestro nivel cultural uniendo lo útil a lo agradable, como se dice por Portugal. Si no queréis cultivaros, estáis a tiempo de huir ahora cerrando la ventana. Eso sí, mi espíritu os perseguirá murmurando en latín cuando os durmáis y os haréis pis sin remedio. Tenedlo en cuenta.

Cuando voy a casa de mis padres, queridas y queridos, suelo sustraerles con disimulo algún libro de sus pobladas estanterías, que tantos buenos ratos me hicieron pasar cuando era una niña monísima; mi padre, si lo supiese (lo de mi cleptomanía, no lo de que disfrutaba leyendo), rabiaría cual ogro de segunda regional, pero de momento nadie se lo ha chivado y, además, puedo argumentar en mi descargo que entre mi madre y yo hay un cierto tráfico literario y hemos perdido la cuenta de qué libro está en casa de quién hace ya unos cuantos años.

El caso es que, en una de mis excursiones al paraíso materno, me traje un librito que siempre me hace sonreír porque se puede leer en cualquier momento y ocasión sin necesidad de marcapáginas. Me refiero a "Historias de la Historia", de Carlos Fisas, recopilación de sus intervenciones en la sección homónima que condujo durante más de diez años en los programas de Luis del Olmo (creo que esto fue antes de que yo naciese).

Enfrascada me hallaba yo en su lectura el otro día, cuando llegó a mis ojos un epígrafe al cual no di la menor importancia en el momento en que leí aquel libro por primera vez, hace más de veinte años: "El embarazo y el parto". No podía creer lo que veía, ¡qué filón! ¡Qué de anécdotas, qué de historias curiosas y qué ganas de compartirlas con vosotros, admiradores que me adoráis! Pero mi estupor fue aún a más, si es que aquello era posible, y mis ojos se abrieron de pasmo hasta secárseme las córneas y dolerme las comisuras de los párpados, cuando encontré el siguiente texto, delicioso donde los haya, que explica muchas cosas y que comento, cómo no, en rosa chicle, para traduciros al castellano contemporáneo lo que antaño se decía con hermosas palabras hoy en desuso. Podéis hacer una primera lectura obviando mis comentarios para, posteriormente, deleitaros con mis ingeniosas apostillas. Cuando lo leáis, entenderéis por qué aquí se atienden los partos como se atienden... O no.

Esta señora no es del siglo XVI, ya lo sé,
pero anda que no tenía personal alrededor
para darle por el saco...
En nuestra patria y durante la primera mitad de la centuria decimoséptima, aconsejábase multitud de drogas y manipulaciones para avivar y facilitar los partos. (pues como ahora, Carlos, no te creas tú que hemos avanzado tanto...)
El jefe de servicio del Hotel Espe doctor Francisco Núñez recomendó en 1621 la conducta siguiente para la asistencia a las mujeres: acostarlas en el lecho de trabajo boca arriba (eso nos lo siguen intentando colar ahora, para vernos mejor los bajos), refrescar la habitación en verano y templarla en invierno: poner sobre las narices y boca de la parturienta, un estornutatorio (es decir, algo para hacerlas estornudar; supongo que la idea era que el niño saliese a la vez que el "aaaaatchíiiiiis"); asir a la preñada por los lados y apretarla con ambas manos hacia abajo (esto es un Kristeller, también llamado "el tubo de pasta de dientes"), "entre tanto, dice, ande la parte diligente y no dexe pasar un punto sin trabajo ungiendo y ablandando la natura (=metiendo la mano en el chichi de la parturienta) con aceite y huevo o sahúme la matriz con unas píldoras compuestas de mirra, gálbano, castóreo y hiel de vaca (¿es necesario?), o con azufre (esto ya es recochineo) y opopónaco arrojado sobre ascuas; también aprovechan los sahumerios de estiércol de paloma o de milano (yo creo que más bien se acojona el niño y no sale ni a la de tres con el pestazo que habría en la habitación...); es también cosa muy útil tomar un copo de lana remojada en zumo de ruda y meterlo en la natura de la preñada; el asafétida y el opopónaco con caldo o vino aguado, si se da a la preñada hace salir la criatura (sí, por la ventana), y asimismo la canela y el culantrillo en decocto". Si a esto se añaden los potajes, las grasas, caldos confortativos (¿ves?, de eso no nos dan ahora; igual que te digo una cosa, te digo otra... En esto hemos retrocedido, actualmente en el hospital pasas más hambre que una solitaria en el cuerpo de Kate Moss) y cien mejunjes preconizados para arrojar las secundinas, veremos que, en aquel tiempo asistir a un parto, según Núñez, exigía no poca diligencia de parte de la comadrona (que acabaría pidiendo la baja por estrés, porque menudo trajín) y mayor resignación de la parturienta. (Ya puedes decirlo, Carlos, no dejaban parir en paz)

Y todo esto sin tener acceso a la vena para chutar cosas, si es que no hay necesidad... Lo que pasa es que los sanitarios modernos se han vuelto unos vagos y pasan de andar cocinando infusioncillas en el momento, que todo nos lo ponen precocinado y sintético...

¡Qué! ¿Cómo se os queda el cuerpo? Esto va especialmente dedicado a esos ignorantes de la vida, palurdos que hablan porque tienen boca, que dicen que somos unas "naturistas" y que queremos parir como hace quinientos años... ¡Qué desencaminados estáis! Queremos, paletos bocachanclas desinformados, parir con respeto a nuestro cuerpo y a nuestros hijos, sin potingues extraños, sin que nos metan la mano hasta el codo y sin que nos estrujen la barriga. Ah, y mi favorita: yo me pido sin vía.

Se despide para continuar leyendo,
Lady Vaga,
la diva que divaga.

23 comentarios:

  1. TOMA YA!!!!!

    jajajaja.... Los ignorantes de la vida bocachanclas se habrán quedado a cuadros (escoceses) de nuevo gracias a vos! Y yo también me pido sin vía!

    B R A V O Bravo!

    Besazos!

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  2. :-O Dime que es de coña!! ¿Pero cómo ha sobrevivido la especie? Grandioso documento, siempre a tener en cuenta para rebatir eso tan típico de "pa qué querréis las mujeres parir como en la edad media"(que ya sé que esto es de algo después, pero vete tú a saber desde cuando se practicaba... y que cosas peores se han visto en la edad media) No no, si no quisiera yo parir así, válgame! Antes prefiero la cesárea de Conan el bárbaro

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  3. Teniendo en cuenta que, cuando dicen que los índices de mortalidad en el parto han disminuido, están comparando ESTOS partos con los de ahora, podemos entenderlo todo muy bien. Cuando nos dejen parir como realmente queremos, debemos y necesitamos parir, entonces, que hagan estadística que tendrán una sorpresa....... me has activado al curiosidad sobre el tema.... me apetece saber más de como parían nuestras abuelas, bisabuelas, tatatatatatataaraabuelas... en resumen, mujeres sumergidas y ahogadas por el patriarcado imperante...........

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  4. jajaja! muy bueno! Lo raro es que la especie humana aún exista con prácticas como estas! Nada, nada, que yo no quiero parir ni como ahora ni como antes! Sin via!

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  5. Querida Sarai:

    Sabía que apreciarías el valor histórico de esta entrada y agradezco tu rapidez en visitarme.

    Besos retrospectivos,
    Lady Vaga.

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  6. Querida Nebetawy:

    Es verdad verdadera y lo juro sobre el catálogo de la colección de gafas de sol de Versace edición 2012 encuadernada en rústica.

    Besos retropijos,
    Lady Vaga.

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  7. Querida María:

    Si encuentras otroso textos referentes al tema, a mí también me encantaría leerlos, me encantaría saber más.

    Besos antañones,
    Lady Vaga.

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  8. Querida Mireia:

    Pues eso digo yo, que ni lo uno ni lo otro: hagamos las cosas bien, que ya es hora.

    Besos sentenciosos,
    Lady Vaga.

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  9. Absolutamente magistral, como siempre!!! aunque en mi caso, no estoy de acuerdo con lo de pasar hambre en el hospital. Cuando nació Julia me dieron tanto y tan bien de comer, que pensé que me estaban cebando para fines ocultos, sacrificio de parturientas o algo así!! jejeje.
    Besitos.

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  10. Dios! Dime que lo del copo de lana en la natura no es que te lo metan por el chichi ^-^

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  11. Pues Nin... buscando información.... no te lo puedes ni creer... mira este caso... como llegue a manos de tu jefe de servicio se va a relamer hasta el codo http://bvs.sld.cu/revistas/gin/vol35_3_09/gin16309.htm
    Dios mío que cosas pasan.....

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  12. En fins....di tu, que por aquella centuria, pocos médicos había y si hablamos de la Galicia rural, lo máximo que te ayudaban eran las mujeres/matronas del entorno (mujeres casadas con hijos, si estabas soltera no te dejaban ver, no fuera que corrieras por patas y dijeras...yo soltera y virgen en la vida ;)).
    Mi abuela dió a luz en casa, con ayuda de una matrona, y fué una "pija" de la vida, según cuenta ella...aunque tb cuenta que llevaba 48 h con dolores de parto y que creía morir, vino su madre la metió en un autobús y se la llevó a 2 h de trayecto, en aquella época (ahora 15 min), a la "capital" a que la viera un médico...venía gemelas y una estaba mal colocada, la mandó para una cas y le mandó una matrona para ayudarla en el trabajo del parto...
    Eso si me lo pedía si puedira (lo de 48h con dolores de parto no, pero el resto....siiiii!!!)
    Bicos a todas
    Laurana

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  13. Lo que pasa por no reeler, tanto "mandó" chirría un poco...sorry lady es lo que tiene estar a 4 cosas a la vez.
    Bicos

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  14. esto se denomina clase magistral!!!
    llevas unos días muy inspirados, querida lady vaga-
    sor-angela-super-fan

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  15. ¡Ahí va! ¿Tú eres la famosa Lady Vaga, amiga de Lady Rabbit, que ha parido en casa? ¡sóis mis ídolos! Que sepáis que sóis de las mías :)

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  16. JAJAJAJA Me mori, es genial!! Llegue del blog de Luisina y me parecio estupenda esta entrada.
    Beso!!!

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  17. Querida Ana:

    A ti en el hospital debieron de darte tu ración y la mía, jejeje... Porque durante la dilatación no me dejaban ni beber agua, ¡tortura!

    Me alegro de que no te estuviesen cebando para sacrificarte, el mundo sin ti sería un poquito más gris.

    Besos famélicos,
    Lady Vaga.

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  18. Querida Érase una vez:

    Siento tener que decirte que sí, que la "natura" es el chichi. Pero míralo por el lado positivo, así la criatura nacía con el gorrito ya puesto...

    Besos de borreguito,
    Lady Vaga.

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  19. Querida María:

    Lo he leído y me he quedado bizca no, lo siguiente. ¡Qué caso tan raro! Tuve que leerlo dos veces para asegurarme de que lo había entendido... Si lo ve mi jefe de servicio, lo imprime, lo plastifica y me lo clava a la frente con dos chinchetas, jejeje...

    Besos pasmados,
    Lady Vaga.

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  20. Querida Laurana:

    Me alegro de que el parto de tu abuela llegase a buen puerto, hoy podemos dar gracias de que tenemos buenas carreteras para estar en el hospital rapidito en caso de necesitarlo...

    Te mando un gran abrazo, ¡qué ganas tengo de ir por tu tierra!

    Besos con morriña,
    Lady Vaga.

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  21. Querida Sor-angela-super-fan:

    Me alegro de que disfrutes de mi prosa exquisita y mi hiperactividad unineuronal. Aprovecha, que se me pasará pronto... ;)

    Besos realistas,
    Lady Vaga.

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  22. Querida Opiniones incorrectas:

    Soy yo, la misma que viste (de C. Herrera) y calza (taconazos excelsos). Si lo deseas, puedo autografiarte la agenda 2012 o algunas cajas de Moët Chandon para que empieces el año muy "golden" ;)

    Me alegro de que estemos en el mismo equipo y he estado cotilleando tu blog, aunque aún no he comentado nada... ¡Una delicia, querida, me gusta horrores! Además, tienes los gatos justo como yo puedo verlos: en foto (soy terriblemente alérgica, aunque me parecen animales bellísimos):

    Besos felinos,
    Lady Vaga.

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  23. Querida Carolina:

    Bienvenida. Me alegro de que te haya gustado la entrada y espero verte a menudo por este rinconcito de horizontalidad intelectual.

    Besos de Nochevieja,
    Lady Vaga.

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Estaré encantada de leer tu mensaje, pero asegúrate de mantener el buen tono y la high class que caracterizan este humilde blog. Si me sueltas una grosería, es posible que la borre o, peor aún, que te conteste. A tu elección lo dejo.

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