domingo, 5 de febrero de 2012

Matrosaurias al poder: Cómo putear a una embarazada plasta

Queridas matrosaurias, no es justo que tanto las mujeres como los ginesaurios tengan magníficos escudos y armaduras con los que luchar en épicas batallas mientras vosotras miráis parapetadas tras un ciruelo: por tanto, pongo mi pluma y mi ingenio al servicio de vuestro desempeño ¿profesional? para contaros cómo putear a una preñada conflictiva.

Lo siento, saurias mías, no puedo
convertiros en una señorita así de
explosiva...
Adquiriréis, mediante la lectura de este ameno articulín, las destrezas necesarias para fastidiar a las elementas subversivas que os hayan dado la brasa con preguntas inoportunas durante los controles de embarazo o que os hayan reventado las clases de preparación al parto cuestionando la inocuidad de la bendita epidural (aménlaepiduralquelapedirásllorandoagritoscomotodas, hombre, por Dior). Procedamos por tanto, sin más dilación, a enumerar vuestros recursos ante una parturienta rebelde:
 
1. Entra y sal como Pedro por su casa:
sin presentarte, sin llamar a la puerta, sin despedirte. La habitación y el paritorio son tu terreno de trabajo y esa barrigona de la cama, una extraña. Si alguien sobra, es ella; que se dé por aludida. Aprovecha para subir las luces cuando entres en la habitación si las tenía tenues y habla en voz bien alta, que estas locas son de esas que dicen que se van "al planeta parto" como la que se va a las rebajas del Zara, y de eso nada, hombre, que para parir hay que sufrir. Ah: despersonaliza; llámala "mamá", "barriguita", "gordita" o "niña". Nada de aprenderte su  nombre, a ver si se va a creer que pinta algo ahí.



...Sobre todo, teniendo en cuenta
que la matrosauria estándar se
parece más bien a la grimosa
comadrona Joy, de Psychoville.
2. Porta siempre muchas cosas en las manos: bolsas con suero, bandejas con instrumental para coger una vía, los sobrantes de cables de la luz que se dejó el electricista la semana pasada cuando estuvo revisando la instalación... Cualquier cosa vale para asustar a estas díscolas, ¡da rienda suelta a tu imaginación! Por ejemplo, puedes irrumpir en la sala (al estilo del punto 1) con una aguja de hacer punto bien gorda y decirle, con una sonrisa de Joker, "¿quién te va a romper la bolsitaaaaa?", ¡ya verás qué risas!

3. Déjala más seca que un bocadillo de mojama:
ella se cree que su cuerpo funciona divinamente y aquí estás tú para demostrarle lo contrario, so pena de acabar en el rudo paro, así que manos a la obra. Una vía bien cogida para que sepa quién manda en tu turno y, ¡hala!, suerito para adentro... Cuando te pida beber (que te lo pedirá, y si no, al tiempo) respóndele con mucha retranca: "el suero te mantiene hidratada". Verás qué cara de ajo se le pone, pero lo mejor es que encima ¡se quedará con las ganas de escupirte, porque tiene la boca seca! ¡Bwa-ha-ha-ha!

4. Inmovilízala:
según llegue, cáscale un un monitor continuo además del suero, que eso molesta mucho a estas hippies naturistas que se las dan de pachamámicas. Nada de estetoscopio ni monitores en ventana... Cinturón non-stop y con el cable corto, como si estuviesen atadas a la pata de la cama. Llegadas a este punto, alguna iluminada te preguntará por el monitor inalámbrico, pero tú no te dejes impresionar; mírala como si hubiese dejado el platillo volante en doble fila y respóndele desafiante "sí, hombre, ¿y yo te llevo la cola del camisón por el pasillo?" o cualquier otra lindeza que se te ocurra.

Otra de Psychoville, la enfermera
Kenchington, que da pinta de
matrosauria pero total, de las de
clavarte la trompetilla hasta la glotis
para escuchar el latido del bebé.
5. Aparenta gravedad: ponte seria cuando mires su monitor, niega con la cabeza y masculla chorradas ininteligibles para el cuello de tu uniforme. No hay parturienta que lo resista. Si te pregunta qué ocurre, dale una respuesta ambigua y catastrofista que sea incapaz de entender. Si hay que inventarse palabras, se las inventa una, que estas modernas se empollan internet entero y hay que echarle mucho morro para sorprenderlas. No dejes pasar la ocasión, además, de mencionar que el plan de parto que ha presentado es una solemne tontería, que no tenéis medios para cumplirlo y que además es papel mojado porque haréis lo que sea mejor para ella (y para que tú no tengas que alargar tu turno ni un minuto más y además te dé tiempo a echar un cigarrito antes de pasar a paritorio a la de la 435). Ideal ya sería que hagas un canuto con él para formar una cerbatana y lo uses para lanzarle granos de arroz a modo de proyectiles.

6. Joróbale el atrezzo: la pelota esa de dilatación no tiene lugar en un hospital serio, ¡hombre ya!, eso es como las bolas-locas que regalaban en los ochenta en las tómbolas de pueblo para que los niños saltasen encima... Así que, a la que puedas, se la pinchas con la aguja de hacer punto. Tonterías en tu paritorio, las justas. Con la música, lo mismo: ¿qué es eso de parir escuchando a la tal Rosa Zaragoza? Sácate del bolsillo un transistor y les pones Radiolé (si eres mayor de cincuenta años) o Sonia y Selena (si eres menor de cincuenta o directamente cani). Y que haga círculos con la cadera al compás si es tan chulita.

7. El dolor es tu amigo: si la ves encajar las contracciones más o menos bien, recuérdale que un parto duele horrorosamente, tanto como la amputación de un miembro sin anestesia, y que todas piden la epidural a gritos demasiado tarde para ponérsela. Eso sí, cuando se queje, deja caer que ahora son todas unas quejicas que no aguantan nada y que cuando se la metieron, bien que lo gozaba.

8. Preséntales a tu amiga Kris Teller: la kristeller es miel sobre hojuelas, mano de santo y la purga de Benito, así todo junto, si quieres poner a una de estas prepotentillas en su sitio. Mete el codo ahí bien entre las costillas y verás qué rápido se olvidan de la OMS, de la SEGO y hasta de quién es el padre. Ah: no olvides tus tijeritas. Paséate con ellas en la mano por el paritorio como si fueses un cowboy luciendo pistola en el Far West. Si consigues que las luces del techo se reflejen en el filo mientras les das vueltecitas con los dedos, quedarás como una reina y la pobre preñadita se hará popó encima.

Y podría seguir, queridas matrosaurias, pero creo que por hoy ya está bien de información; no quiero saturar vuestros pequeños cerebros primitivos con un exceso de datos que os perjudicaría en vez de ayudaros. Seguramente, para continuar con esta saga gloriosa, en días sucesivos tendré a bien facilitaros una guía de mitos y trolas gordas que soltar durante la preparación al parto para convertirla más bien en "preparación al corte". Os avisaré, llegado el caso, para que no os lo perdáis.

No puedo despedirme sin encomiar y elogiar la labor de tantas comadronas serias, responsables y comprometidas con su trabajo que, día a día, ayudan a las mujeres a parir en un clima de tranquilidad y seguridad. Por suerte, vosotras sois legión y solo es cuestión de tiempo que las otras, las prepotentes, se extingan a pesar de que mi escrito les dé fuerzas para asaltos postreros.

Y, ahora sí, me despido, satisfecha de mi divulgativa labor.
Lady Vaga,
la diva que divaga.

18 comentarios:

  1. Me he puesto mala desde el punto 1, te juro que a mi una matrona me llama "barriguita" y no le queda España para esconderse. El resto, te puedes imaginar de que humor me ha puesto.
    Me voy a pasear por el pinar a ver si se me pasa...

    Besos Lady!

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  2. Se te han olvidado el rasurado y el enema, Lady, que esos también tienen telita... ;P

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  3. Te haz adelantado guap! desde q lei tu ginesaurio... me quede pensando en esa otra especie q es aun mas odiosa y digna de extinguirse: los Matrosaurios.. porque los hay de ambos sexos.. no te lo pierdas.. y q peor q un matrosaurio hombre que de parir ni idea pero deambula por ahí con aires de "tu quien eres para decirme a mi como atendrer a una puturrienta, perdon parturienta".. si ese mismo ser despreciable q luego de meterte no uno sino cuatro dedos a ver como vas dilatando.. y que antes de que puedas siquiera reaccionar, al mejor estilo 1 para q no se te olvide quien manda aca, te manda un grito de que no te quejes "que ese hueco ya lo traes de casa y que si no funciona bien es por tu culpa" .. je. Esto da para un post...ya que la denuncia en el hospital no valio para mas de un "somos humanos y podemos alterarnos con el cansansio"... tu madre!

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  4. Ay Lady, qué suerte tengo de no conocer a ninguna de esa especie. Me ha encantado lo de las tijeras, menos mal que a mí no me han llegado ni a rozar en mis dos partos. Sé que soy una afortunada.

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  5. Jobar es que leo y leo y las estoy viendo... me he cruzado con varias de esas... madre mía... así leyendo parece un cuento de terror, parece cosa del pasado... parece increíble pero no, aún quedan muchas de estas... buf

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  6. Cada vez estoy más segura de que yo a este blog cualquier día lo encuentro editado y publicado, y a mi diva preferida firmando ejemplares en el Retiro...
    Natalia.

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  7. Patada en el c*** que le daba yo a las matrosaurias...

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  8. Si tengo que parir con Sonia y Selena de fondo juro que me muero, jajaja

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  9. ma ra vi llo so !!!! TRISTE, pero, sin desperdicios... habría que colgar esto en cada puerta de cada hospital !!!


    parece que todas hubieran hecho el mismo curso, el mismo post grado !!!!

    Dios te preserve el humor, LADY VAGA !!! para no llorar...

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  10. Aún estando en clave de humor, se me ponen los pelos de punta, cuánta verdad hay ahí.
    Besos Lady

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  11. Llego al hospital de 7 cm, segundo parto. Me pasan directamente a paritorio. Aquí mi conversación con la matrosauria que me tocó en suerte:

    - ¿Vas a ponerte enema?
    - No.
    - ¿Por qué? (con tono de sorpresa).
    - Porque no creo que haga falta. Además, desde las 3 de la mañana he ido 5 veces al baño y me he quedado vacía. (Esto es absolutamente cierto. Estoy convencida de que si nos dejan libertad de movimientos, el cuerpo se pone en marcha solo para prepararse para el parto, y en este sentido también)
    - Eso es imposible – me dijo ella con tono de superioridad – Vacía nunca te quedas, pero en fin, el que va chupar la caca será tu hijo.

    Me pareció tan fuera de lugar lo que me dijo que no supe ni qué responderle, sólo le dije:

    - Bastante tengo con las contracciones para tener además retortijones sin necesidad.

    A todo esto, estábamos entrando al paritorio. El matrón que me había atendido al llegar dejó mis cosas allí y se despidió (ojalá me hubiera atendido él, pero bueno). Me subo en la cama, me empiezan a poner los monitores y la misma matrona me coloca una cuña y la veo coger una lanceta, sin decirme ni explicarme nada. Viéndola venir, le pregunto:

    - ¿Qué va a hacer?
    - Romper la bolsa.
    - Preferiría que no lo hiciera.
    - ¿Por qué? – cara de inmensa sorpresa otra vez – Esto hay que acelerarlo.
    - No tengo otra cosa que hacer en todo el día.
    - Pero es que tu bebé está sufriendo.
    - ¿Ya lo sabe?

    A esta última pregunta no contestó, mientras intentaba separar con su mano mis rodillas bien apretadas. Yo no entiendo mucho del tema, pero si tres días antes, cuando fui a control de monitores tardaron unos diez minutos en ponérmelo correctamente porque el niño estaba de forma que se perdía la señal, me parecía sorprendente que en 30 segundos que hacía que me lo habían puesto ella ya pudiera saber que estaba bien colocado (no me lo había puesto ella) y que había sufrimiento fetal.

    Viendo que no contestaba, le dije a ella y a los otros dos matrones que entre tanto habían entrado:

    - Presenté un plan de parto en el que especificaba que no quería que se me rompiera la bolsa y me lo aceptaron.
    - ¿Tienes una copia? – me preguntó un matrón.
    - Sí, en la carpeta que han dejado ahí está lo primero, pueden mirarlo.
    - Si ha presentado plan de parto, hay que respetárselo – dijo él.

    Para entonces la matrona se había puesto a mi lado para cogerme una vía.

    - En el plan de parto también puse que no se me pusiera nada por gotero. Que se cogiera una vía, pero que se quedara sin poner nada a no ser que hiciera falta.
    - ¡Pero es que se va a coagular!
    - Cuando me llamaron del hospital para comentar el plan, me dijeron que no había problema, que se podía hacer de forma que no se coagulara.
    - ¡Pues si no vas a dejar que te ponga nada, no te cojo la vía!
    - ¿Y a usted qué más le da?
    - No quiero trabajar en balde.

    Esto último lo dijo realmente enfadada ya, salió del paritorio y no la vi más. Para mi inmensa suerte.

    Me ha quedado un poco largo, pero es que me desahoga un montón contar esto. Y me he visto muy reflejada en lo que escribes, la mía siguió tus "instrucciones" al pie de la letra. Sin embargo, no puedo hablar mejor de la residente que finalmente atendió mi parto con el matrón. El matrón tampoco compartía mucho mi idea, pero fue lo bastante profesional como para respetarme, lo cual le agradezco.

    Ojalá todos los matrones del hospital fuesen como la que nos dio la preparación al parto en en centro de salud.

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  12. La verdad, es que la mía del primer parto, fué la única que se dignó de todo el personal (salvo la anestesista, que tb muy maja) en dirigirme la palabra en toda la cesárea.

    Ni saludaron, ni se despidieron, ni casi dejaron ver a mi hija, me la acercaron dos minutos y le di un beso y se la llevaron....estuvimos separadas 7 h, ella en el nido y yo en reanimación, porque no había personal para subirme a planta....han pasado 4 años y medio y todavía me duele.

    Bicos

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  13. Te acabo de descubrir. Yo, porque nunca he parido, pero imagino que si me tocase con una matrosauria de esas me da algo. Pero como, repito, no he parido, me he tronchado con el post. Saludines...

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  14. Cito: "que estas locas son de esas que dicen que se van "al planeta parto" como la que se va a las rebajas del Zara", nooooo mi lady de rebajas a zara nooooo, de rebajas se va una a Adolfo Dominguez por los menossss

    Pues yo aquí tengo que confesar que con las matronas y l@s pediatras que he topado he tenido mucha suerte, han sido todos muy maj@s, de gines me encontré 3 buenos y majos y el resto a reciclar.

    Cito: "la pelota esa de dilatación no tiene lugar en un hospital serio, ¡hombre ya!, eso es como las bolas-locas que regalaban en los ochenta en las tómbolas de pueblo para que los niños saltasen encima... " aquí ya es que me ha dado un pallá de la risa.

    Abrazos risueños,

    Verónica

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  15. Uf la que me estoy haciendo popó soy yo que como me toque una así esque no piso al hospital hasta que le asome la cabeza a mi princesa que casi va a estar lo mismo de segura. xD
    Mañana es el día en que le pongo el plan de parto en la mesa a mi matrona, espero que no haya sido de las que disimulan al principio
    Muy buena entrada :)

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  16. Tristísimo, pero cierto. Todavía quedan de esas. Para desgracia de la pobre parturienta que se las encuentre.

    Espero con ansia el capítulo dedicado a los cursos pre-parto, que en algunos hospitales deberían llamarse cursos de lavado de cerebro y sumisión maternal. "Que no se nos reboten las chicas, sería una pena que pidieran parir a su aire".

    María

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  17. Muy buena entrada, no he tenido problemas con matrosaurias porque estaba informada y busqué (y pagué, que tien. cojones que dependa de si tienes pasta o no) un sitio donde me respetaron en mi parto, pero otras madres me han cotado historias para no dormir del trato que les han dado en sus partos, es una vergüenza que traten así a las personas, suerte que poco a poco y con mucho trabajo van cambiando las cosas

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  18. A mi la primera matrona que me atendio, muy maja, me explicaba cada procedimiento (yo ignorante no sabia de que se trataba pues acepte a todo lo que me decian que eran las normas del hospital....) pero la segunda que vino con el cambio de turno no me dirigio la palabra durante las 6 horas que estuvo conmigo, le hacia preguntas y respondia seca y cortante... HP con lo asustada que estaba yo por que mi hijo nacia con 34+1 semanas y ensima mi parto lo atendo una estudiante que parece que era uno de sus primeros partos.... Maldita ignorancia luego me entere que podia haberme negado a que me atendiera ella pues nisiquiera sabia dar un punto del tajo que me hizo sin que la otra se lo ilustrase

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